Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
Las isoflavonas o estrógenos naturales que se encuentran en la soja, no aumentan los indicadores del riesgo de cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas sino que podrían disminuirlos, según un estudio de la Universidad de Wake Forest (Estados Unidos). Las conclusiones de la investigación, que se publican en la revista Cancer Research, sugieren que las mujeres con altos niveles de estrógenos podrían conseguir un efecto beneficioso con el consumo de dosis mayores de isoflavonas. Según Charles E. Wood, autor principal del estudio, ha existido mucho debate sobre si los niveles elevados de soja en la dieta son seguros o beneficiosos para las mujeres postmenopáusicas. Según Wood, algunas evidencias han sugerido que las isoflavonas podrían proteger contra los producidos por el organismo, que son un factor de riesgo importante del cáncer de mama en las mujeres postmenopáusicas. Por otro lado, diversos estudios han mostrado en animales de laboratorio que las isoflavonas de la soja estimulan las células del cáncer de mama en células cultivadas en laboratorio. Los científicos evaluaron los efectos de las isoflavonas de la dieta en presencia de diferentes niveles de estrógeno a través de someter a ocho dietas distintas de forma rotatoria a 31 monas postmenopáusicas. Cada dieta contenía una de cuatro dosis diferentes de isoflavonas junto con una dosis baja o alta de estrógenos. Las dosis de isoflavonas eran equivalentes a los siguientes niveles humanos: sin isoflavonas, una dosis de 60 miligramos comparable a la dieta asiática típica, 120 miligramos, que son los niveles más elevados que se pueden consumir a través de la dieta), o los niveles obtenidos mediante suplementos, 240 miligramos. La dosis de estrógeno se diseñó para asemejarse a los niveles bajos o elevados de estrógenos que se encuentran en las mujeres postmenopáusicas. Según los investigadores, en el caso de los niveles bajos de estrógenos no se encontró evidencias de un aumento de los marcadores de riesgo del cáncer de mama, incluyendo el aumento de la proliferación de células mamarias, en ninguno de los niveles de exposición a las isoflavonas. En el caso de los animales tratados con altos niveles de estrógenos, se produjo un aumento de la proliferación de las células mamarias cuando las isoflavonas no se encontraban en la dieta y cuando estaban en bajas dosis. Sin embargo, el aumento de los niveles de isoflavonas de soja en la dieta tendía a bloquear estos efectos en el tejido mamario. Este descubrimiento sugiere que las mujeres postmenopáusicas con niveles más elevados de estrógeno podrían conseguir los mayores beneficios procedentes de la soja. Según Wood, la dieta rica en isoflavonas de la soja podría ofrecer un pequeño efecto protector ante el cáncer de mama en mujeres que tienen un mayor riesgo de padecerlo debido a niveles más elevados de estrógenos. |