Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los antidepresivos no aumentan el riesgo de suicidio al inicio del tratamiento, según un estudio del Group Health Cooperative Center de Estados Unidos que se publica en la revista The American Journal of Psychiatry. Al contrario, señalan los investigadores, el riesgo de intentos de suicidio graves o muerte por suicidio suele disminuir hasta un 60 por ciento durante las semanas posteriores al comienzo de la medicación.



El estudio también descubrió que el riesgo de conducta suicida después de comenzar diez nuevos tratamientos farmacológicos es menor que el riesgo asociado a las medicaciones antiguas. Estos descubrimientos ponen en entredicho la advertencia hecha en el año 2004 por la agencia estadounidense del medicamento (FDA), que señalaba que la conducta suicida aparecía después del tratamiento con los fármacos antidepresivos más novedosos.



Según Greg Simon, autor principal del estudio, los resultados del estudio muestran que los intentos de suicidio y la mortalidad derivada de éste son raros después del comienzo del tratamiento con antidepresivos. Simon explican que el periodo adecuado después de que los pacientes comiencen a tomar la medicación no es un periodo de mayor riesgo. De hecho, el riesgo posterior al comienzo de la medicación es menor que antes.



El estudio está basado en registros farmacológicos de más de 65.000 pacientes entre los años 1992 y 2003. Las muertes por suicidio se determinaron a través de los certificados de defunción y los intentos de suicidio mediante los datos de bajas hospitalarias.



Los científicos descubrieron que el número de intentos de suicidio descendió un 60 por ciento en los adultos durante el mes posterior al inicio del tratamiento, y descendió más en los siguientes cinco meses. Entre los 65.103 pacientes que tomaban antidepresivos, se produjeron 31 suicidios en los seis meses siguientes a la prescripción de los fármacos. Esa tasa no fue superior en el mes posterior a la prescripción en comparación con los siguientes meses.



El estudio también descubrió que la tasa de los primeros seis meses de tratamiento fueron 314 los intentos por 100.000 en adolescentes y 78 intentos por 100.000 en adultos. Como en el caso de los adultos, la tasa fue superior en el mes anterior al tratamiento y descendió un 60 por ciento después de que éste comenzara.



Simon señala que debido a la preocupación pública sobre el posible vínculo entre el suicidio y los antidepresivos, teme que las personas puedan equivocarse pensando que la conducta suicida es común después de tomar la medicación. Este error de percepción, señala el investigador, podría conducir a menos personas con depresión a ser tratadas con fármacos que está probado son eficaces en su tratamiento.