Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Casi un tercio de las mujeres sometidas a una reconstrucción de mama después de haber sufrido una mastectomía padecen al menos una complicación a corto plazo en el pecho o en el área próxima, y una de cada cinco requiere cirugía adicional, según los resultados de un estudio publicado en la revista Archives of Surgery.



El cáncer de mama es la patología más común entre las mujeres norteamericanas, europeas, neozelandesas y de algunas partes de Sudamérica. Las mujeres con cáncer de mama y sus médicos se enfrentan a muchas elecciones durante el tratamiento, incluida la mastectomía o si se someten a tratamiento conservador, cuándo y si se someten a una reconstrucción tras la mastectomía y qué tipo de materiales utilizar.



Las operaciones de reconstrucción de mama pueden realizarse a partir de piel u otro tejido del cuerpo de la paciente o bien insertando un implante, o utilizan una combinación de ambas técnicas. Muchas mujeres eligen el implante porque el proceso es más simple y requiere menos tiempo en el quirófano, y además permite preservar el color de la piel del pecho y posiblemente algo de su sensibilidad.



Trine F.Hernrikson, del Registro Danés de Cirugía Plástica del Pecho (DPB) de Copenhage (Dinamarca), y sus colegas analizaron los datos de 574 mujeres de este registro sometidas a una reconstrucción de mama posterior a la mastectomía entre junio de 1999 y julio de 2003. Los informes de sus operaciones facilitaron los datos y detalles de cada implantación y fueron completados con posteriores visitas. Las pacientes, que tenían entre 21 y 78 años con una edad media era de 51 años, fueron controladas desde el 15 de septiembre de 2003.



Tras su primer implante, un 31 por ciento de las pacientes padecieron como mínimo un episodio adverso, un 16 por ciento desarrollaron dos complicaciones y un 8 por ciento experimentaron tres o más dificultades durante el desarrollo de este estudio. Las más comunes fueron infecciones, trombosis, edemas o lesiones dermatológicas. Un 49 por ciento de estas complicaciones ocurrieron durante los tres primeros meses tras la operación y un 67 por ciento en los seis meses siguientes a la intervención.



Un 21 por ciento de estas mujeres requirieron cirugía adicional, mientras que un 3 por ciento requirieron otro tipo de tratamiento no quirúrgico. En la mayoría de los casos, la cirugía fue requerida para corregir asimetrías en el pecho, desplazamientos del implante o contracturas capsulares. "Intervenciones quirúrgicas o médicas suelen ser comunes en el transcurso de la reconstrucción, pero los fallos como pérdida del implante son raros", señalan los autores del estudio.



Los investigadores también examinaron los datos de 302 mujeres en el estudio que tenían reimplantaciones, normalmente para cambiar o reemplazar los implantes existentes. Estas mujeres tenían el mismo ratio de complicaciones (un 36 por ciento desarrollaron al menos una complicación y un 21 por ciento requirieron cirugía adicional).



"Al evaluar los beneficios y los riesgos de la reconstrucción de mama, cirujanos y pacientes deberían considerar que el proceso de reconstrucción a menudo requiere intervenciones quirúrgicas adicionales para tratar complicaciones locales o conseguir el resultado estético deseado", concluyen los investigadores. Por ello, consideran que un adecuado consentimiento informado de las mujeres que quieren someterse a una reconstrucción debe contener información detallada sobre las posibilidades de estas complicaciones locales asociadas con la indicación dada (cosmética versus reconstructiva).