Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El alza de las temperaturas provoca un derretimiento desenfrenado de la capa de hielo de Groenlandia, levantando así los niveles del mar y hundiendo islas del Pacífico y ciudades desde Nueva York a Tokio. En Siberia, el derretimiento de la capa subterránea de hielo está despidiendo grandes reservas de gases invernadero que elevan aún más las temperaturas. En los trópicos, la selva amazónica está empezando a morir debido a un clima más cálido y seco.

Esos escenarios pueden parecer el guión de una película catástrofe hollywoodense pero muchos científicos dicen que hay riesgos reales de puntos críticos: cambios repentinos y catastróficos detonados por actividades humanas responsabilizadas por calentar el planeta.

"Cada pequeño riesgo en el clima debe ser considerado también, al igual que tratamos de evitar los accidentes en las plantas de energía nuclear", dice Stefan Rahmstorf, un profesor del Instituto Postdam de Investigación en Cambio Climático y experto en corrientes oceánicas.

"No creo que esto sea alarmismo. Realmente no entendemos el sistema", dice y afirma que los riesgos que la cálida corriente del golfo en el Atlántico norte puede terminar en un escenario posible de puntos críticos.

El derretimiento del hielo en Groenlandia podría liberar un flujo repentino de agua fría al Atlántico norte, perturbando las gigantes corrientes que llevan aguas cálidas hacia el norte para crear la corriente del golfo. Eso podría suprimir la corriente cálida y además volver partes de Europa y América del norte bruscamente más frías, a pesar de un calentamiento general del clima.

Panoramas como ese y la incertidumbre que los rodea, ofrecen un dramático trasfondo a la reunión de cambio climático de las Naciones Unidas en Montreal, Canadá, desde el 28 de noviembre hasta el 9 de diciembre. Alrededor de 190 países están debatiendo cómo continuar una lucha encabezada por la ONU en contra del calentamiento global para incluir a las naciones en desarrollo como China e India y a los países escépticos, encabezados por los Estados Unidos y Australia.

Bajo el protocolo de Kyoto de la ONU, unas 40 naciones ricas han acordado disminuir las emisiones de gases que retienen el calor producto del uso de combustibles fósiles en un 5,2%, por debajo de los niveles de 1990 para el año 2012.

Lo que ocurrirá después del 2012 es incierto.

Muchos ambientalistas dicen que el riesgo de los "puntos críticos" hace que sea más urgente que nunca el control del cambio climático, ya ampliamente pronosticado para causar más tormentas e inundaciones, e incluso a llevar a algunas especies animales y plantas a la extinción.

Pero hay quienes no están de acuerdo.

"Los ambientalistas hablan de puntos críticos porque se sienten frustrados", dice Fred Singer, director del Proyecto de Política Científica y Ambiental de los Estados Unidos. El cree que los humanos se pueden adaptar a cualquier calentamiento causado por la concentración de gases invernaderos. "Todos los modelos climáticos que vi sólo muestran un calentamiento gradual a medida que el nivel de los gases invernaderos aumenta", dijo.

Aún más, los antiguos registros del clima encontrados en casquetes glaciares y sedimentos oceánicos muestran que ha habido cambios asombrosamente grandes en el pasado.

"El cambio climático del pasado está haciendo sonar las alarmas", dice Rahmstorf, aludiendo a la fragilidad del clima.

Durante la última era del hielo, las temperaturas de la región del Atlántico norte una vez subieron 12 grados centígrados en sólo 10 años, tal vez debido a la oscilación de las corrientes oceánicas vinculadas a pequeños movimientos del sol. Tales cambios drásticos se han detenido desde el final de la era del hielo hace unos 10 000 años, tal vez porque las corrientes oceánicas son más estables por fuera de las edades del hielo, según un estudio coescrito por Rahmstorf.

Hay más evidencias obvias de puntos críticos en la naturaleza, como el colapso por el agotamiento de las reservas del bacalao en Newfoundland, Canadá, a comienzos de los noventa. Y en algún punto en el siglo XVII, la caza del dodo no volador en Mauricio llevó a las aves a la extinción.

Las preocupaciones por puntos críticos actualmente están enfocadas en el Ártico. Expertos dicen que la gruesa capa de hielo de 3 000 metros en Groenlandia, que ha estado derritiéndose a niveles cada vez mayores durante los veranos en los últimos años, puede acelerar ese proceso.

Si la capa de Groenlandia se derritiera por completo en los próximos siglos, el nivel del mar de la Tierra subiría unos siete metros. Es probable que las capas de hielo mucho más grandes de la Antártica cuenten con una mayor capacidad de recuperación ya que el gigante continente actúa como una profunda congelación.

La descongelación del Ártico "puede ocurrir muy abruptamente. Es uno de las grandes incógnitas y sería irreversible", dice Paal Prestrud, director del Centro de Investigación Internacional de Clima y Medio Ambiente en Oslo.

"La preocupación es que hay más puntos críticos que pueden ser pasados por alto antes de la mitad del siglo", dice Tim Lenton, un diseñador de modelos de la Universidad Británica de East Anglia.

Los riesgos del cambio brusco parecen más grandes que nunca en el Ártico, donde el calentamiento deja suelo oscuro al descubierto que absorbe más calor que las superficies refractarias del hielo y la nieve, acelerando el derretimiento.

Otros informes han identificado los riesgos que la capa subterránea de hielo de Siberia puede empezar a derretirse, liberando el metano que retiene el calor o que la selva amazónica se reduzca. Pero el cambio puede traer aparejado algunos beneficios. Lenton dice que algunos modelos sugirieron un viraje en las lluvias monsónicas en África occidental hacia el desierto del Sahara, posiblemente haciendo esa región más fértil.

Evaluar los riesgos de los puntos críticos es casi imposible.

Rahmstorf dijo que recientemente consultó a doce expertos sobre las posibilidades de un colapso en la corriente del golfo: cuatro dijeron que los riesgos estaban por encima del 50% si las temperaturas del mundo subían 5 grados centígrados para el 2100. "Eso fue inesperado para mí, creo que los riesgos son menores", dijo del estudio aún inédito. Un alza de cinco grados centígrados para el 2100 es lo que más se espera del calentamiento global por parte del panel que asesora a las Naciones Unidas.