Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
Desde que la Food and Drug Aministration (FDA) estadounidense aprobó mifepristona y misoprostol como fármacos abortivos en el año 2000, se han producido cuatro fallecimientos debidos a un shock profundo causado por la bacteria Clostridium sordelli. Con este tipo de aborto médico, a las pacientes se les administra una píldora de mifepristona y, un día o dos más tarde, se les inserta tabletas de misoprostol en la vagina, lo que causa las contracciones que interrumpen el embarazo. Este tratamiento es eficaz entre un 95% y un 97% para inducir el aborto, pero sólo puede utilizarse en embarazos de menos de ocho semanas. En este aspecto, investigadores de los Centers for Disease Control and Prevention, de Atlanta (Estados Unidos), han recomendado a los especialistas, que administran este tratamiento, que deben ser conscientes de las distintas características de una potencial infección fatal, como son aumento de la frecuencia cardíaca, baja presión sanguínea, hinchazón y ninguna fiebre. Según publica 01CThe New England Journal of Medicine01D, las cuatro pacientes fallecidas, sanas en principio, tenían edades entre 18 y 34 años y fueron tratadas para el aborto entre los 43 y 54 días del embarazo. Los fallecimientos ocurrieron dentro de una semana después de los abortos. Desarrollaron una infección uterina y shock profundo. Las pruebas confirmaron que la causa de la infección fue la C. sordelli. Los autores han señalado que sólo de uno de estos fallecimientos se informó a la FDA y que este caso fue debido a embarazo roto que se produjo fuera del útero. Desde su aprobación en Estados Unidos, el tratamiento de mifepristona más misoprostol ha sido utilizado en 460.000 ocasiones. Las complicaciones son muy raras, con un índice similar al de la intervención quirúrgica y del aborto espontáneo. Sin embargo, los especialistas deberían advertir a las pacientes que existe un riesgo, aunque escaso, de infección. Puede ser muy difícil identificar previamente a pacientes con infección por C. sordelli, ya que los síntomas -calambres, dolor abdominal, náuseas y vómitos- son también efectos secundarios de estos fármacos. Lo que diferencia a las pacientes con infección es que en todos esos casos los síntomas son persistentes y bastante graves. En cuanto a la posibilidad de administrar antibióticos preventivos a esas pacientes, la FDA recomienda que no se lleve a cabo, porque podría suponer un riesgo mayor que el propio procedimiento abortivo. New England Journal of Medicine 2005;353:2352-2360 |