Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las personas que beben pequeñas cantidades de alcohol de forma regular son menos propensas a la obesidad que las personas que no beben nada, según un estudio de la Universidad Técnica de Texas y la Clínica Mayo en Rochester (Estados Unidos) que se publica en la revista BioMed Central Public Health. El estudio muestra que consumir no más de una o dos bebidas varias veces a la semana reduce el riesgo de ser obeso. Consumir cuatro o más bebidas al día, sin embargo, aumenta el riesgo de ser obeso hasta en un 46 por ciento.



Los científicos analizaron los resultados de una encuesta nacional en un subgrupo de participantes formado por 8.236 no fumadores. Los encuestados habían completado un cuestionario sobre hábitos en el consumo de alcohol y se había registrado su índice de masa corporal (IMC).



Dentro de la muestra estudiada, el 46 por ciento bebían en el momento en el que se realizaba el estudio y tomaban al menos una bebida de media al mes. Los individuos que bebían cuatro o más bebidas al día fueron clasificados como bebedores asiduos. La obesidad se definió como un IMC igual o superior a 30.



Los resultados del estudio muestran que quienes bebían tenían menos posibilidades de ser obesos que los que no bebían. Aquellos que tomaban uno o dos vasos de bebidas alcohólicas de forma regular, pero menos de cinco bebidas por semana, fueron menos propensos a ser obesos que los no bebedores o los consumidores asiduos de alcohol.



Los mecanismos del efecto protector del alcohol sobre la obesidad no son bien conocidos y los autores señalan que los datos no proporcionan pruebas para aconsejar a los que no beben que comiencen a hacerlo sólo para reducir su peso corporal. Añaden que, sin embargo, las pruebas se muestran contrarias a la estrategia de promover la completa abstención al menos entre aquellos que consumen alcohol de forma regular.