Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

LA reacción de simpatía de los científicos de EE.UU. y los esfuerzos que realizaron para que el Departamento de Estado le otorgara la visa de entrada al país han suscitado la admiración del doctor Vicente Vérez Bencomo, autor principal de la vacuna sintética cubana contra el Haemophilus influenzae tipo b, una bacteria que provoca meningitis, neumonías y otitis y causa la muerte de medio millón de infantes en el mundo.





El gobierno de Bush también impidió a Vérez, autor de la vacuna contra el Haemophilus influenzae tipo b,

ir a California a recibir dos premios otorgados por el Museo de la Innovación del Instituto Tecnológico

de San José.







Vérez Bencomo debió viajar a EE.UU. para participar en un Simposio Internacional en Boston, además de recibir dos importantes premios que le otorgó el Museo de la Innovación del Instituto Tecnológico de San José, California.



En breve diálogo con Granma Internacional, el investigador cubano destacó 01Cel riesgo que asumieron los expertos estadounidenses, dada la agresividad de la Administración de Bush, al manifestarme públicamente apoyo para que pudiera asistir a la cita científica01D.



01CHe recibido correos donde estos especialistas se disculpan por la postura asumida por el Gobierno de EE.UU. y reconocen que es inadmisible01D, dice Vérez Bencomo y comenta que la negación de la visa ha tenido una amplia repercusión en Internet, donde aparecen más de 650 referencias, además de que importantes periódicos norteamericanos se han referido a ello.



El destacado científico consideró una ofensa las razones esgrimidas por Washington para denegarle la entrada: 01CSer un individuo perjudicial para la nación estadounidense01D.



01CLo que he hecho en los últimos 15 años de mi vida es desarrollar una vacuna para salvar vidas de niños y no entiendo cómo ir a divulgarla sea perjudicial01D, afirmó a la AP.



Este ingeniero químico de 52 años estuvo al frente de un equipo de investigadores que creó una vacuna contra el Haemophilus influenzae tipo b, 01Cla primera que se concluye de forma sintética, a nivel de laboratorio01D, según expresara a GI, a raíz del anuncio público en el 2003.



Registrada por el Centro Estatal de Control de Medicamentos de la Isla y con solicitud de patente en más de 40 países, la vacuna cubana, cuyo nombre comercial es Quimi-Hib, presenta un 99,7% de protección a largo plazo, de acuerdo con ensayos clínicos.



Aunque le impidieron estar físicamente en el evento de Boston, el experto refiere que los asistentes pudieron disfrutar de su intervención, donde trató el impacto que representa la vacuna, a la que calificara como 01Cel primer producto importante de la Biotecnología cubana que tiene su origen en laboratorios universitarios01D (de la Facultad de Química de la Universidad de La Habana).



Recuerda que a propuesta del presidente del Simposio, el doctor Ronald Schnaar, se grabó la exposición, que fue vista por Internet por los participantes, quienes posteriormente le realizaron preguntas vía telefónica.



01CFue muy aplaudida y despertó un interés científico enorme01D, dice con sano orgullo.



El destacado científico tampoco pudo recibir, el pasado 9 de noviembre, dos premios que le otorgó el Museo de la Innovación del Instituto Tecnológico de San José, California, uno como laureado y otro en la categoría de Salud.



Ese Museo premia anualmente 25 investigaciones, agrupadas en cinco categorías, que beneficien de manera notable a la Humanidad. Este año hubo 560 nominaciones pertenecientes a 60 naciones.



La candidatura a los premios partió del artículo publicado sobre la vacuna en la revista Science, en julio del 2004, y de un editorial aparecido después en esa propia publicación bajo el título: La vacuna sintética es una dulce victoria de la ciencia cubana.