Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La malaria mata un millón de personas al año y a más niños africanos que cualquier otra enfermedad, y tanto la cifra de infecciones como de fallecidos está aumentando. "La situación es mala. El número de muertes está aumentando, las infecciones están creciendo", declaró Pierre Druilhe, jefe de la unidad biomédica del Instituto Paster de Francia, en declaraciones desde Yundé (Camerún), donde centenares de expertos en malaria se reunen para una conferencia.



Los científicos creen que se tardará más de una década antes de que se apruebe una vacuna contra la malaria realmente eficaz. "La próxima década será muy mala", predijo Druilhe. Existen dos obstáculos principales para luchar contra la enfermedad: la resistencia de los mosquitos a los insecticidas y la resistencia a los fármacos en los parásitos.



Debido a la pobreza en África, hay pocas personas en condiciones de adquirir redes tratadas con insecticidas, a pesar de ser baratas. Por lo tanto, muchas compañías no desean fabricarlas, señalaron los expertos.



La dificultad principal en el abordaje terapéutico de la malaria es una creciente resistencia a los medicamentos, especialmente a la cloroquina, que es relativamente barata y puede producirse en grandes cantidades.



Sin la cloroquina y el insecticida DDT, que ayudó a erradicar la malaria en Estados Unidos y en Europa pero que se cree puede causar cáncer y dañar el medio ambiente, los encargados de combatir la malaria dicen que han perdido dos armas importantes. "Es bastante concreto. En la actualidad tenemos menos medios de controlar la malaria que hace 50 años", agregó Druilhe.