Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El Día Universal del Niño se celebró el domingo en medio de la lucha contra la pobreza, las guerras y el VIH-sida, amenazas contra el crecimiento y desarrollo total del potencial de los pequeños. Recomendado en 1954 por la Asamblea General de la ONU, la celebración de ese día fue escogida el 20 de noviembre por marcar la fecha en que aprobaron la Declaración de los Derechos del Niño, en 1959, y la convención sobre esos derechos, en 1989. Su creación se sustentó en la idea de dedicar la jornada a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo, y a actividades propias para promover el bienestar de los menores en todas partes.

Pero en esta ocasión, expertos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) indican que los avances alcanzados con la Convención sobre los Derechos del Niño corren peligro en algunas regiones a causa de la pobreza, conflictos y enfermedades. Se viola el derecho de unos mil millones de niños, porque se les niega uno o más de los servicios básicos requeridos para sobrevivir, crecer y desarrollarse, expresaron funcionarios de esa agencia de las Naciones Unidas.

Millones de niños crecen en familias y comunidades destruidas por los conflictos armados y en África subsahariana el VIH-sida ha provocado el incremento de la mortalidad infantil, la dramática reducción de la expectativa de vida y millones de huérfanos.

Especialistas en el tema apuntan que esos factores no sólo minan la niñez, sino que se encuentran entre los de más efecto dañino en la oportunidad de los menores a sobrevivir y desarrollarse.

Un informe de UNICEF sobre la situación de la infancia en el 2005 indica que millones de niños carecen de nutrición, agua, facilidades sanitarias, acceso a servicios básicos de salud, albergue, educación e información.

La discriminación entre los géneros, las decenas de millones de niños que cada año son víctimas de explotación, violencia y abusos, condiciones que le roban su niñez y les impiden llegar a su potencial total, también son señalados por UNICEF como realidades de hoy.

Diversos organismos de las Naciones Unidas se han pronunciado por la protección de los menores en los conflictos armados. Los niños siempre son los primeros afectados en los conflictos armados, ya sea por muerte o heridas, por quedarse huérfanos, ser secuestrados o padecer secuelas psicológicas y psicosociales como consecuencia de exposiciones a la violencia.

Otro factor es en la actualidad el impacto del VIH-sida en los niños, cuando en el mundo 15 millones menores de dieciocho años quedaron huérfanos hasta el 2003, a causa de la enfermedad. Ocho de cada 10 de esos pequeños viven en África subsahariana y a menos que se tomen acciones urgentes para frenar la pandemia, se estima que en el 2010 más de 18 millones de niños africanos habrán perdido uno o sus dos padres por el sida.

Muchos funcionarios de la ONU han reiterado que el derecho del niño a la educación se pierde cuando uno de sus custodios enferma o muere, y el pequeño tiene que asumir papeles de adulto y proveer medios para su familia.

Para Naciones Unidas, los derechos de los niños en todos los rincones pueden cumplirse, si el mundo demuestra la voluntad de reafirmar su responsabilidad moral y legal y aplica políticas socialmente responsables que tengan en mente a los más pequeños.