Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La sequía que golpea la región del Amazonas, el río más caudaloso del mundo, tendría como origen el recalentamiento del norte tropical del océano Atlántico, según una climatóloga que participó en Lima en un evento del Observatorio de investigación del Medio Ambiente de la cuenca amazónica.

"Mi hipótesis es que en estos momentos existen aguas muy calientes en el Atlántico tropical norte y que es en estas aguas muy cálidas que se desarrollan ahora demasiadas evaporaciones y precipitaciones", explicó Josyane Ronchail, investigadora de la Universidad París VII, que intervino esta semana en la primera reunión organizada por el observatorio. "Para que los ciclones se desarrollen, es necesario que las aguas estén muy calientes, por encima de los 27 a 28 grados (...). Hay probablemente un vínculo (entre la sequía en el Amazonas) con lo que ocurre en la cuenca del Caribe. Todo lo que cae allá, no cae por acá", acotó.

"Esto quizás explica la gran frecuencia y fuerza de los ciclones registrados hasta ahora: cuando miramos las temperaturas de la superficie del océano Atlántico tropical norte, estas se hallan efectivamente en una fase de alza desde hace años", subrayó la científica.

La temporada de huracanes de este año, que toca a su fin, registró una cantidad récord de ciclones con devastador efecto sobre el continente americano, desde Katrina hasta Wilma. "¿Está aquello vinculado con el recalentamiento?", se interrogó Ronchail. "No lo sabemos, pero hay una cierta coherencia entre lo que ocurre en el océano y lo que pasa en la Amazonia". La sequía se puede explicar porque "el flujo de vapor de agua que de costumbre riega sobre todo las regiones interiores de la Amazonia es menos importante que lo acostumbrado. En consecuencia, las precipitaciones son bastante menos importantes y también el caudal de los ríos". "Por esto tenemos una sequía este año, pero también tuvimos una el año pasado (...) si miramos el máximo caudal y el estiaje en Iquitos, estos estaban también muy bajos el año pasado. Por lo tanto hay un efecto acumulativo porque en la Amazonia la mitad del vapor de agua proviene del Atlántico y la otra mitad (...) de la evaporación de los suelos y de la vegetación", aseguró.

El Amazonas registró a principios de octubre su nivel más bajo en Iquitos (noreste de Perú) en los últimos 35 años, desde que en 1969 se instaló una estación de observación de ENAPU (organización portuaria peruana). Los niveles actuales en Iquitos (106,50 mts sobre el nivel del mar) corresponden a un débil caudal de alrededor de 12 000 m3/seg. La ENAPU estima que el nivel del Amazonas disminuyó unos tres metros respecto al nivel promedio de los últimos años.

"Siempre es difícil responder en tiempo real a los impactos que depara la variabilidad climática ya que a menudo es necesario analizar gran cantidad de información para estar seguros del diagnóstico", comentó el hidrólogo del Instituto de Investigación para el Desarrollo (IRD) francés, Jean-Loup Guyot, quien enfatizó la importancia de la hipótesis de Ronchail. "La dificultad de la cuenca del Amazonas, por el hecho mismo de su extensión geográfica, es que a veces hay regiones que responden de una forma y otras de manera opuesta", agregó Guyot, responsable del programa del IRD-HIBAM que investiga la cuenca amazónica.

"Es una hipótesis muy interesante", estimó el geoquímico Pierre Soler, director del IRD en Perú, resaltando que la climatóloga "tiene razón de ser prudente".

Para Ronchail, "el deshielo gradual de los glaciares no tiene repercusión en la cuenca amazónica", pero los incendios que arrasaron el mes anterior el norte de Bolivia podrían haber contribuido a la sequía. "El fuego puede explicar el retraso de la estación de lluvias", resaltó.

Unos 70 investigadores fueron convocados del 25 al 30 de octubre en Lima por el IRD al primer encuentro científico del Observatorio de Investigación del Medio Ambiente de la cuenca amazónica.