Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El sida daña hasta un 15% de la corteza cerebral que regula la capacidad motora, dentro de un patrón selectivo que lesiona también áreas relativas al lenguaje y los sentidos, según un estudio de las Universidades de California en Los Ángeles y de Pittsburgh (Estados Unidos) que se publica en 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS). Los científicos explican que este descubrimiento se ha realizado a través de imágenes en color de alta resolución en tres dimensiones creadas a partir de imágenes de resonancia magnética (IRM).



El estudio muestra la vulnerabilidad de los pacientes aun cuando están siendo tratados con terapia antirretroviral de alta actividad (TARGA). Según David Geffen, uno de los autores del estudio, la investigación ha supuesto dos grandes sorpresas, por un lado que el Sida es selectivo a la hora de atacar el cerebro y en segundo lugar que los fármacos no parecen ralentizar estos daños. Según Geffen, el cerebro constituye un reservorio para el VIH al que la mayoría de los fármacos no pueden acceder. Los científicos utilizaron una nueva técnica desarrollada en la Universidad de California en Los Ángeles para analizar las IRM de 26 personas diagnosticadas con Sida y las compararon con las imágenes de 14 personas sin VIH. Las imágenes cerebrales medían el grosor de la materia gris en varias regiones de la corteza cerebral.



Los científicos de la Universidad de Pittsburgh diagnosticaron y escanearon a los pacientes de Sida, los 26 sujetos habían perdido al menos la mitad de sus células T, las células inmunes a las que se dirige el VIH. Ninguno había experimentado demencia asociada al Sida y 13 estaban recibiendo la terapia antirretroviral de alta carga. Las diferencias vistas en las imágenes cerebrales eran destacables entre los pacientes con Sida y los sujetos control. Las áreas de tejido perdido mostraban un color rojo y amarillo, mientras que las regiones intactas brillaban en azul y verde. Los investigadores se sorprendieron de descubrir que el Sida lesionaba de forma consistente los centros cerebrales motores, lingüísticos y del razonamiento, pero no afectaba a otras áreas.



Los patrones específicos de tejido dañado correlacionaban de forma directa con los síntomas físicos y mentales de los pacientes, incluyendo defectos en la coordinación motora y lentitud de reflejos. Los científicos se observaron hasta un 15 por ciento de pérdida de tejido en los centros cerebrales que regulan la capacidad motora como el movimiento y la coordinación. Esto ayuda a explicar la lentitud de reflejos y las alteraciones de equilibrio y en el caminar que con frecuencia afectan a las personas en las etapas iniciales del Sida.



Según los expertos, una de cada 100 personas de entre 15 y 49 años está infectada con VIH, la cuarta causa de muerte en el mundo y sólo en el año 2004, 40 millones de personas vivían con la enfermedad. El 40 por ciento de los pacientes de Sida sufren síntomas neurológicos progresivos que normalmente conducen a su muerte.