Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El peso, así como los antecedentes de aumento de peso, en el momento en el que es diagnosticado el cáncer de próstata, parecen jugar un papel significativo en la agresividad de estos tumores, según un estudio del Centro del Cáncer Anderson de la Universidad de Texas (Estados Unidos) que se publica en la revista Clinical Cancer Research.



La investigación es la primera en asociar la masa corporal masculina a diferentes edades y el aumento de peso durante la edad adulta con el riesgo de progresión después de que el cáncer haya sido tratado quirúrgicamente.



Según Sara Strom, una de las investigadoras del estudio, estos descubrimientos apoyan la idea de que el desarrollo de formas agresivas de cáncer de próstata podría estar influido por los efectos ambientales que se producen durante el inicio de la vida.



Según los autores, si se validan estos resultados, los antecedentes del peso corporal masculino deberían ser un factor a considerar por los oncólogos al diseñar un plan de tratamiento para los pacientes de nuevo diagnóstico con cáncer de próstata. Los datos también sugieren que las intervenciones como la dieta y el ejercicio podrían ser una vía para reducir el riesgo de la progresión del cáncer de próstata, según Strom.



Los investigadores basaron sus descubrimientos en resultados de 526 pacientes de cáncer de próstata a los que se les practicó una prostatectomía. Siguieron la progresión de los pacientes durante una media de cuatro años y medio, comprobando si los hombres pasaban por anormalidades bioquímicas que indicaran que el cáncer estaba avanzando.



Dentro del grupo, el 18 por ciento de los pacientes sufrieron estas anomalías bioquímicas. Los investigadores entonces estudiaron la relación entre el riesgo individual de experimentar las anomalías bioquímicas con los antecedentes de peso. Descubrieron que los hombres que eran obesos, con un índice de masa corporal de 30 o más, cuando eran diagnosticados con cáncer de próstata fueron más propensos a experimentar anomalías bioquímicas que aquellos que no estaban obesos.



Entre los resultados también se descubrió que los pacientes obesos a los 40 años tenían una tasa incluso superior de fallo biológico y que los hombres que ganaron peso en la tasa más elevada entre los 25 años y el momento del diagnóstico, experimentaron una progresión de la enfermedad mucho más rápida, con una media de 17 meses, que aquellos hombres que ganaron peso de forma más lenta, con una media de 39 meses.



Según Strom, se desconoce por el momento cómo contribuye el exceso de obesidad a la progresión del cáncer de próstata, aunque las principales teorías sugieren que podría estar asociado con cambios en el número de diversas hormonas, como los andrógenos y los factores de crecimiento, y/o el estilo de vida, como las dietas pobres y la actividad física inadecuada.