Combinar la tomografía óptica con la tradicional visualización por ultrasonidos puede mejorar el diagnóstico del cáncer de mama en sus fases iniciales, diferenciándolo de otras lesiones no tumorales y reduciendo el número de biopsias realizadas, según un estudio de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) que publica en su último número la revista Radiology. Actualmente el ultrasonido, que se basa en el reflejo de las ondas de sonido para elaborar imágenes de estructuras internas del cuerpo, y que se utiliza para el análisis de lesiones sospechosas detectadas a través de mamografía, no siempre es lo bastante fiable para evitar la biopsia, lo que requiere extraer parte del tejido mediante cirugía. En este sentido, el autor principal del estudio, Quing Zhu, destaca que "sólo el 10 o el 15 por ciento de las mujeres que se someten a una biopsia de mama actualmente tienen un tumor maligno", lo que supone que muchas mujeres padecen innecesariamente "ansiedad, incomodidad y gastos". Sin embargo, combinando los ultrasonidos con la tomografía óptica, los investigadores fueron capaces de calcular las concentraciones de hemoglobina y vasos sanguíneos presentes en el tejido sospechoso, teniendo en cuenta que una elevada concentración de los mismos suele significar la presencia de un tumor maligno. "Nos encontramos con que los cánceres invasivos tenían, en sus fases iniciales, una concentración de hemoglobina dos veces superior a la de las lesiones de carácter benigno", señala Zhu. "Estos descubrimientos demuestran que esta técnica posee un gran potencial para distinguir de forma no invasiva entre tejidos malignos y benignos, reduciendo las biopsias", agregó. Durante el estudio, fueron examinadas con ultrasonidos y tomografía óptica 65 pacientes que acumulaban un total de 81 lesiones en la mama. Posteriormente, se realizaron biopsias de las lesiones, hallando sólo ocho tumores malignos y 73 lesiones de tipo benigno. La concentración de hemoglobina en el grupo con tumores malignos fue más del doble que la del grupo con lesiones benignas. Para Zhu, "la combinación de las dos tecnologías (ultrasonidos y tomografía óptica) es la clave: el ultrasonido permite localizar la lesión mientras que la tomografía óptica ayuda a calcular el volumen de sangre en la lesión". |