Las dietas mediterráneas están ya reconocidas como fuente de salud pero, por si quedaba alguna duda, la elite cientÃfica en la Universidad estadounidense de Harvard recibió un curso magistral sobre los beneficios del aceite de oliva contra dolencias coronarias. El profesor Miguel Ángel MartÃnez-González, director del departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra (España), reconocÃa antes de pronunciar la conferencia que, en cierta forma, su labor en la prestigiosa Universidad de Harvard es fácil. "Probablemente Boston tiene el mayor consumo per cápita de aceite de oliva de Estados Unidos", señalaba bromeando el cientÃfico español ante el apoyo que la dieta mediterránea alta en consumo de aceite de oliva tiene entre los cientÃficos del departamento de Nutrición de la universidad de la ciudad. Más preocupado se muestra MartÃnez-González con lo que llama "mitos" de la dieta mediterránea entre los propios paÃses de la cuenca entre ellos España: que contribuye a la obesidad precisamente por el consumo de aceite de oliva o que facilita la aparición de enfermedades relacionadas con el exceso de peso. "Es una creencia popular que el aceite de oliva y la dieta mediterránea engordan, pero los datos de nuestros estudios indican lo contrario, no se produce un aumento de peso", explicó a EFE el profesor. Lo que es más grave para MartÃnez-González es que la "creencia está tan extendida en España que es difÃcil convencer a los propios médicos españoles de que el consumo de aceite de oliva no contribuye al aumento de peso o a la elevación del colesterol". MartÃnez-González no habla desde la convicción que se genera con evidencia empÃrica sino con los resultados preliminares de un gigantesco estudio que se está llevando a cabo en España con alrededor de 4 000 voluntarios. Son esos datos preliminares los que MartÃnez-González presentó hoy a la comunidad cientÃfica de Harvard. "TodavÃa quedan tres años más para los resultados finales pero los datos preliminares son tan concluyentes con respecto a los efectos sobre el colesterol, la presión arterial y otros factores que nos hemos decidido a presentarlos", explicó el cientÃfico. El ensayo se denomina PREDIMED y es el tercer estudio de una serie que se inició en el 2002 para estudiar las dietas de las personas y su relación con las enfermedades coronarias. "Mientras que en el segundo trabajo, denominado Seguimiento de la Universidad de Navarra (SUN), seguimos las dietas de unas 17 000 personas pero que estaban cuidadosamente seleccionadas por su nivel cultural, con PREDIMED las limitaciones han desaparecido y hemos dividido a los 4 000 participantes en tres grupos con tres dietas". La primera es la clásica dieta baja en grasa que se ha institucionalizado en paÃses norteamericanos y europeos, la segunda es una dieta mediterránea alta en consumo de aceite de oliva virgen y la tercera también mediterránea con consumo de tres tipos de frutos secos tÃpicos de la región, almendra, avellanas y nueces. "Los resultados preliminares han sido esperanzadores", señaló MartÃnez-González armado con los datos recolectados desde octubre del 2003. La conclusión inicial: el consumo de oliva -"virgen", recalca MartÃnez-González- tiene efectos protectores contra enfermedades coronarias como los ataques cardÃacos. Por eso el cientÃfico español no puede evitar desesperarse con la creciente tendencia en los paÃses mediterráneos a abandonar la dieta que durante generaciones se ha probado tan exitosa. "Las comidas tradicionales preparadas en casa, basadas en aceite de oliva, legumbres, bajo consumo de carnes preparadas y moderada ingestión de vino tinto está siendo sustituida por comidas basura, hamburguesas, alimentos precocidos y consumo excesivo puntual de alcohol". Las consecuencias que están empezando a vivir los paÃses mediterráneos -especialmente en Grecia- son similares a las que padecen paÃses como Estados Unidos, una auténtica epidemia de obesidad, diabetes y enfermedades coronarias. Y todo por un poco menos de aceite de oliva. |