Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

En un informe sobre la sensibilidad de Plasmodium falciparum a los medicamentos antipalúdicos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que a medida que aumenta el número de personas que logran tener acceso a esos medicamentos de importancia vital, en los que se combina un fármaco obtenido del vegetal Artemisia annua y un fármaco sintético, aumenta también la importancia de que los países vigilen estrechamente su eficacia.



Más de 50 gobiernos han seguido las recomendaciones de la OMS sobre la terapia antipalúdica y han adoptado los tratamientos combinados basados en la artemisinina (TCA), los medicamentos contra el paludismo (o malaria) más eficaces de que se dispone en la actualidad. Gracias a ello, han mejorado las perspectivas de que se reduzca la carga mundial de esa enfermedad.



Los medicamentos obtenidos de Artemisia annua que se utilizan como TCA tienen que combinarse con otro fármaco. Si se administran solos, al cabo del tiempo pueden perder potencia farmacológica, porque aparece resistencia a ellos, como ha ocurrido en el pasado con otros medicamentos antipalúdicos. «Es de suma importancia que esos medicamentos se utilicen correctamente», ha declarado el Dr. Pascal Ringwald, médico del Departamento de la OMS Hacer Retroceder el Paludismo (RBM), autor principal del nuevo informe sobre vigilancia mundial de los fármacos antipalúdicos.



Para evitar la aparición de resistencia, la OMS exhorta a los países a que utilicen únicamente TCA de alta calidad aprobados por la OMS (un fármaco basado en la artemisinina combinado con amodiaquina, lumefantrina, mefloquina o sulfadoxina013pirimetamina), dado que los medicamentos con poca potencia farmacológica pueden facilitar la aparición de resistencia. La Organización aconseja asimismo que se aleccione a todas las personas que toman antipalúdicos acerca de la importancia de que completen el tratamiento, puesto que la interrupción del tratamiento favorece también la aparición de resistencia. A toda variación de la eficacia de los fármacos antipalúdicos tiene que responderse con una modificación apropiada de la política de tratamientos del país.



El peligro de que aparezca resistencia se debe a la capacidad del parásito de la malaria a escapar a la acción letal de los fármacos. Dado que los parásitos del paludismo presentan una gran diversidad genética, algunas cepas logran superar indemnes la acción de los fármacos y transmiten su resistencia a la descendencia. Los organismos sensibles mueren, con lo que las cepas resistentes pueden prevalecer y al cabo del tiempo el fármaco antimalárico puede perder su capacidad de curar la infección.



Es más fácil que aparezca resistencia cuando se utiliza un solo fármaco, de ahí que si se combina la artemisinina con otro fármaco, como recomienda la OMS, el riesgo de que se cree resistencia disminuye acusadamente.



«Hasta la fecha no se ha documentado ningún fracaso terapéutico por resistencia a la artemisinina, pero estamos vigilando la situación muy atentamente», ha declarado el Dr. Ringwald.



En el informe se narra la aparición de resistencia a los fármacos que antes constituían el pilar de los tratamientos antipalúdicos, tales como la cloroquina, en la mayoría de las regiones del mundo, y el modo en que los países han modificado sus políticas nacionales para hacer frente a la progresiva aparición de resistencia. Se presentan asimismo los nuevos métodos normalizados que ha elaborado la OMS para vigilar la eficacia de los fármacos antipalúdicos y los patrones de aparición de resistencia en todo el mundo.