| En el marco del Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, que se está celebrando en Estocolmo (Suecia), los expertos han puesto de manifiesto que el hecho de que la enfermedad cardiovascular sea la primera causa de muerte de las mujeres europeas es algo que no está suficientemente divulgado. La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte de las mujeres europeas, ya que provoca el 40% de las defunciones, el doble que todos los tipos de cáncer combinados. Según los datos presentados en la capital sueca, la cardiopatía isquémica y el ictus juntos son diez veces más frecuentes que el cáncer de mama, aunque la mayoría de las mujeres 013e incluso los profesionales de la salud- parecen no ser conscientes de ello. El riesgo cardiovascular en ambos sexos está relacionado con la edad, el consumo de tabaco, los niveles de colesterol y la presión arterial, recuerdan los cardiólogos. Mientras las mujeres suelen desarrollar cardiopatía isquémica alrededor de 10 años después que los varones, la enfermedad es más mortal, de manera que el riesgo de muerte al año de experimentar un infarto de miocardio es del 42% para la población femenina, en comparación con el 24% para la masculina. Además, las mujeres tienen menos probabilidades de que su riesgo cardíaco sea evaluado, de ser diagnosticadas correctamente, de ser remitidas al especialista y de que se les ofrezca un tratamiento correcto con ácido acetilsalicílico, bloqueadores beta e hipolipemiantes. Asimismo, tienen poca representación en los ensayos clínicos. Por otro lado, según los expertos, tienen menos probabilidades de ser sometidas a angioplastia o implantación de stents que los varones. Las mujeres jóvenes con diabetes presentan un riesgo elevado de cardiopatía isquémica y un riesgo de muerte muy elevado cuando experimentan un infarto. También destacan que cuando una mujer experimenta parada cardíaca tiene menos probabilidades de sobrevivir que los hombres. A juicio de la Sociedad Europea de Cardiología es una prioridad divulgar todos estos conocimientos a la población general, a los planificadores de programas de salud y a los propios profesionales sanitarios. |
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