Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los médicos de varios hospitales inutilizados de Nueva Orleans han solicitado ayuda, ya que aseguraron que estaban a punto de quedarse sin comida, apenas tenían electricidad y habían llevado a sus pacientes a los pisos más altos para escapar de los saqueadores.



"Hemos estado tratando de llamar a la Alcaldía, a la oficina del gobernador... Hemos tratado de presionar a todos los que hemos podido. Ahora les pedimos ayuda a ustedes. Por favor, ayúdennos", solicitó el doctor Norman McSwain, jefe de cirugía del Hospital Charity, el mayor de los dos Centros Sanitarios públicos de la ciudad, a los medios de comunicación.



Charity se encuentra situado frente al Centro Médico de la Universidad de Tulane, una instalación privada que ha conseguido evacuar un millar de pacientes y familiares, agregó el médico. Charity, que alberga a unos 250 pacientes, no cuenta con ese tipo de recursos públicos. Como tampoco los tiene el Hospital Universitario, ubicado a varias manzanas de distancia, que tiene unos 110 pacientes.



"Necesitamos una ayuda coordinada del Gobierno", dijo McSwainn, quien también aseguró que las condiciones de vida en el hospital eran horribles. "No tenemos comida... Todo lo que se puede tomar es ponche de frutas. El agua potable es mínima", indicó el médico.



"Casi no tenemos electricidad y gran parte del Hospital está a oscuras. La unidad de terapia intensiva está en el piso doce, de modo que médicos y enfermeras tienen que subir hasta esa planta para ver a los pacientes", agregó.



Por su parte, el presidente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Tulane, el doctor Lee Hamm, aseguró que se trasladó en una canoa hasta los dos hospitales públicos, en los que también trabaja, para precisar las condiciones de los pacientes. "Los médicos y las enfermeras hacen un trabajo increíble, pero hay pacientes que yacen en camillas tiradas por el suelo, los pasillos y las escaleras están oscuros. Por supuesto, no hay ascensores. No hay comunicación con el resto del mundo", agregó.



Pero los hospitales no son los únicos que tienen problemas. El vicegobernador de Luisiana, Mitch Landrieu, que ha colaborado en las tareas de rescate, confirmó que 30 personas perecieron en un hogar de ancianos de la parroquia de San Bernardo y que 30 más habían sido evacuadas, sin agregar más detalles.