Un nuevo estudio publicado en "The New England Journal of Medicine" pone de manifiesto que el control estricto de los niveles de glucosa en diabéticos tipo 1 reduce significativamente el riesgo cardiovascular. La investigación, llevada a cabo por médicos de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos), demuestra que los pacientes que reciben terapia intensiva para mantener sus valores de glucosa muy cercanos a los niveles normales presentan menor grosor de la arteria carótida que aquellos que reciben terapia convencional. Otros estudios anteriores han asociado la terapia intensiva a una significativa reducción de otros complicaciones de la diabetes, como la retinopatía o la nefropatía. El presente estudio se realizó sobre una muestra de 1.229 pacientes con diabetes tipo 1, los cuales formaban parte del grupo de participantes de un estudio anterior que evaluó los efectos de la terapia intensiva sobre las complicaciones de la diabetes. La mitad de los pacientes recibieron terapia intensiva y la otra mitad terapia estándar. Al final del estudio todos acabaron recibiendo terapia intensiva, destacan los autores, que incluye al menos tres inyecciones diarias de insulina. Los autores midieron el grosor de la carótida en el cuello en los dos grupos de pacientes, así como en otro grupo de controles sanos. Al inicio de la investigación no se registraron diferencias significativas entre los tres grupos, pero al final, 6 años después, los dos grupos de diabéticos presentaban un grosor en la arteria significativamente mayor que los controles. No obstante, aquellos que recibieron la terapia intensiva presentaron un grosor inferior que los que recibieron terapia convencional. New England Journal of Medicine 2003;348:2294-2303 |