Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

El consumo de fructosa parece favorecer el almacenamiento de la grasa en el cuerpo, según un estudio de la Universidad de Cincinnati de Estados Unidos y del Instituto Alemán de Nutrición Humana que se publica en la revista Obesity Research.



La investigación aporta nuevas evidencias de que beber grandes cantidades de bebidas con fructosa añade grasa al cuerpo y explicaría por qué endulzar con fructosa podría ser más perjudicial que utilizar otro tipo de edulcorantes.



Los investigadores permitieron a animales de laboratorio beber libremente agua, agua con fructosa o refrescos. Descubrieron un aumento de la grasa corporal en los animales que bebieron agua endulzada con fructosa y refrescos, a pesar del hecho de que estos animales disminuyeron la cantidad de calorías consumidas a partir de comida sólida.



Según los científicos, estos descubrimientos sugieren que la cantidad total de calorías consumidas cuando la fructosa se añade a las dietas podría no ser la única explicación para el aumento de peso. En vez de ello, el consumo de fructosa parece afectar a la tasa metabólica en la forma en que favorece el almacenamiento de la grasa. Según Matthias Tschöp, autor principal, el estudio muestra cómo la masa grasa aumenta como una consecuencia directa del consumo de refrescos.



Los científicos utilizaron herramientas de medida como la resonancia magnética para controlar con cuidado la grasa corporal en los animales de experimentación. Según los científicos, todos los animales comenzaron el estudio con un peso medio de 39 gramos. Aquellos que consumieron la bebida con fructosa mostraron una ganancia de peso significativa a lo largo del estudio, con una media final de peso de 48 gramos, en comparación con medias por debajo de los 44 gramos en otros grupos y tuvieron alrededor de un 90 por ciento más de grasa corporal que los animales que consumieron sólo agua. La ingesta calórica total fue inferior en los que consumieron el agua con fructosa que en otros grupos, excepto en los animales control a los que se proporcionó sólo agua.



Los resultados de un estudio anterior en humanos dirigido por investigadores de la Universidad de California y por el equipo de Tschöp, descubrió que varias hormonas que participaban en la regulación del peso corporal, incluyendo la leptina, la insulina y la grelina, no responden a la fructosa como lo hacen a otros tipos de carbohidratos como la glucosa. Basándose en ese estudio y el actual, los investigadores ahora también creen que otro factor que contribuye al aumento del almacenamiento de grasa es que el hígado metaboliza la fructosa de forma diferente a como lo hace con otros carbohidratos.



Según los científicos, será necesario realizar posteriores estudios en humanos para determinar si el sirope de maíz alto en fructosa de los refrescos es directamente responsable del aumento actual de la obesidad humana.