Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La industria de lácteos de Estados Unidos ha lanzado una multimillonaria campaña publicitaria basada en estudios que sugieren una relación entre el consumo diario de productos derivados de la leche y la pérdida de peso, aunque muchos dudan de esos beneficios. La hipótesis fue respaldada por el Consejo Nacional de Lácteos y algunos investigadores, pero la relación entre la leche y la pérdida de kilos no ha ganado muchos adeptos más. Incluso algunos de los científicos que participaron en el estudio dijeron que las conclusiones son prematuras.

01CLa mayor parte del estudio sugiere que hay un posible papel, pero existen algunas inconsistencias en la información01D, expresó el doctor David Ludwig, experto en obesidad del Hospital de Niños de Boston.

En una investigación del 2002, descubrió que los lácteos ayudaban a perder peso.

01CMi preocupación es que las aseveraciones que hace la publicidad del Consejo de Lácteos trascienden la información disponible01D, indicó.

01CEn el 2003 una coalición de grupos que alientan el consumo de lácteos lanzó la campaña llamada 3 por día01D, que aconseja a la población a ingerir al menos tres lácteos por día para perder peso.

El gobierno nacional también recomienda esa cantidad, pero no avala la idea de la pérdida de peso.

La campaña está basada en una investigación de Michael Zemel, profesor de Nutrición de la Universidad de Tenessí que comenzó a estudiar la relación entre los lácteos y el peso a finales de los años 80.

Desde el 2000, Zemel ha publicado varios estudios que encontraron que las personas que tenían una dieta baja en calorías y consumía la cantidad recomendada de lácteos con pocas o sin grasas, perdía casi el doble de peso que aquellos que sólo recortaban la cantidad de calorías ingeridas.

Pero su investigación es con frecuencia mal interpretada, sostiene Zemel. No se trata de beber leche y perder peso. Sólo funciona para personas que tienen una dieta baja en calorías y no están consumiendo tres lácteos por día.

El consejo de lácteos aguardó tres años antes de lanzar la campaña, a la espera de más estudios que aportaran evidencias científicas. Entre esos estudios figuran algunas investigaciones clínicas financiadas por el mismo consejo y en las que casi siempre participó Zemel, a quien el grupo le ha pagado casi 2,1 millones de dólares desde 1998.

Pero no han sido los estudios de Zemel los criticados, sino las conclusiones que de ellos ha sacado la industria láctea.

Barry Popkin, experto en obesidad de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, elogió a Zemel como un buen científico, pero dijo que la industria se ha extralimitado.

01CTenemos muchas contradicciones y nadie dice cuál es la verdad01D, señaló. Y no es porque nadie lo haya intentado.

El comité de científicos que esbozó los lineamientos alimenticios nacionales del 2003 encontró que la información no era concluyente. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades y la Asociación Estadounidense del Corazón, llegaron a una conclusión similar.

El doctor Walter Willett, experto en Nutrición de la Universidad de Harvard, señaló que los estudios de Zemel eran demasiado limitados para respaldar las aseveraciones de la industria.