Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Investigadores de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) y de la empresa 'Elan Pharmaceuticals' han desarrollado una vacuna que ha conseguido reducir los niveles de alfa-sinucleína, una proteína anormal que se acumula en el cerebro de los enfermos de Parkinson, en animales de laboratorio modificados para simular la enfermedad. Las conclusiones del estudio se publican en la revista Neuron.



Es la primera vez que una vacuna para este tipo de enfermedades muestra eficacia en animales. Esta aproximación, que combina la alfa-sinucleína con un tratamiento complementario, dio como resultado la generación de anticuerpos anti alfa-sinucleína dando lugar a una reducción en la acumulación de la proteína alfa-sinucleína.



Los expertos explican que la acumulación de esta proteína está asociada con la degeneración de células nerviosas y con la interferencia en la comunicación entre las células, conduciendo a la enfermedad del Parkinson y la demencia.



Los investigadores se centraron en la enfermedad de cuerpos de Lewy, un grupo de desórdenes neurológicos entre los que se encuentran el Parkinson y el Alzheimer. Estas enfermedades se caracterizan por la presencia de cuerpos de Lewy, aglomeraciones anormales de alfa-sinucleína, en el cerebro.



Según los científicos, en su funcionamiento natural estas proteínas posibilitan las comunicaciones entre las neuronas. Sin embargo, cuando las proteínas anormales se aglomeran en las neuronas una acumulación de sinucleína puede detener la actividad neuronal, bloqueando la señalización normal entre las células cerebrales y finalmente llevando a estas células a la muerte.



Se comprobó que los anticuerpos producidos por los animales vacunados reconocieron y redujeron sólo la forma anormal de la alfa-sinucleína, ya que la forma normal de la proteína está en un compartimento celular al que los anticuerpos no pueden llegar. La proteína anormal llega hasta la membrana celular en la que los anticuerpos pueden reconocerla.



Los autores acentúan que la inmunización activa experimental aunque eficaz en animales podría no ser útil en humanos y señalan que no pretenden inmunizar a humanos de esta forma a través de provocar el desarrollo de anticuerpos porque podría producirse procesos inflamatorios perjudiciales. Los investigadores señalan que sería factible aplicar un método similar a los humanos inyectando anticuerpos directamente como si el paciente los estuviera creando por sí mismo.