Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un artículo publicado en "The New England Journal of Medicine" concluye que el tratamiento de la insuficiencia cardíaca debe centrarse en cuestiones cruciales como el control de la hipertensión arterial y de otros factores de riesgo vasculares.



Los autores, de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos), hacen una revisión de las terapias existentes para la insuficiencia cardíaca y concluyen que el control de los citados aspectos representa el mejor método de combatir las formas más frecuentes de la enfermedad.



Los autores han examinado datos estadounidenses de ensayos clínicos y estadísticas de mortalidad de pacientes tanto con insuficiencia cardíaca sistólica como diastólica.



En el artículo subrayan la dicotomía existente en su país entre los hallazgos de los ensayos clínicos y los resultados de mortalidad global registrados entre los pacientes de la nación.



Los ensayos clínicos ponen de manifiesto una significativa reducción de la mortalidad entre los pacientes ingresados en hospitales con insuficiencia cardíaca y miocardiopatía dilatada. Esa disminución es resultado de avances farmacológicos y otras intervenciones médicas, entre ellos bloqueadores beta, marcapasos biventriculares, bypass coronario y equipos de insuficiencia cardíaca multidisciplinares.



Sin embargo, en el mismo período, las estadísticas del país muestran que no se ha producido ningún cambio significativo en relación con la mortalidad causada por la enfermedad. "La insuficiencia cardíaca sintomática 013escriben los autores- continua comportando un peor pronóstico que la mayoría de cánceres en este país, con una media de mortalidad del 45% al cabo de un año".



La disparidad, a juicio de los investigadores, se debe en parte a que los ensayos clínicos han incluido hasta hace poco sólo a varones blancos de mediana edad con miocardiopatía isquémica, mientras que gran parte de la población afectada está formada por mujeres de edad avanzada que no suele participar en los estudios.



Por otro lado, pese a ser una enfermedad que representa un problema de salud pública principal, no se hacen cribados nacionales para detectarla precozmente. Añaden que la insuficiencia cardíaca puede prevenirse mediante el control de la presión arterial y otros riesgos vasculares, pero que hasta hace poco no se habían identificado claramente los factores que determinan que un individuo presenta riesgo de desarrollar la enfermedad.



New England Journal of Medicine 2003;348:2007-2018