Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las informaciones acerca del éxito obtenido en la clonación de embriones con la información genética de personas con enfermedades incurables en Corea del Sur y Gran Bretaña cayeron como una bomba en Estados Unidos. El columnista Michael Kinsley, de Los Angeles Times, alimentó la polémica afirmando que para un estadounidense sería una pesadilla leer "por la mañana en el periódico que en otro lugar hay una cura para la enfermedad que lo está destruyendo, pero que nuestro gobierno hace todo lo posible para evitar esa curación".

Si la investigación con células madre realmente se convierte en determinante para luchar contra enfermedades como el Alzheimer o el cáncer, este escenario podría volverse real. Porque el presidente George W. Bush es un decidido opositor de los experimentos en los que se utilizan células humanas para la clonación y está dispuesto a utilizar por primera vez en su presidencia su poder de veto en caso de que el Congreso aprobara investigaciones en ese sentido con financiamiento público.

Los experimentos nunca pueden servir "para destruir vidas, tienen que salvar vidas", aseguró Bush, que por lo demás es un gran entusiasta de la ciencia y ha aumentado el presupuesto estatal destinado a esa área como ningún presidente anterior.

Bush tampoco rechaza por completo los procedimientos con células madre, pues en el 2001 dio luz verde para ello con un decreto, aunque con la condición de que se trate de células madre ya existentes.

El tema divide a Estados Unidos a través de los partidos y grupos sociales. Los conservadores ven en estas investigaciones "el asesinato de vidas humanas", mientras que quienes las apoyan destacan la posibilidad de hacer frente a enfermedades hasta ahora incurables.

A ello se añade la preocupación expresada entre otros por el New York Times acerca de la existencia de "cadenas para los científicos estadounidenses, mientras toman la delantera los investigadores de Asia y Gran Bretaña".

En este contexto, Bush cita cada vez más al fallecido papa Juan Pablo II y su concepto de la "cultura de la vida", pero se encuentra crecientemente a la defensiva pese al apoyo que recibe de casi todas las iglesias y de la derecha religiosa. "La amenaza de veto del presidente demuestra qué poco conocimiento tiene acerca de las prioridades de los ciudadanos de Estados Unidos y hasta qué punto se halla en las manos del ala derecha de su partido", criticó su posición el senador demócrata Ted Kennedy.

El debate también pone de manifiesto que los temas de la última campaña electoral, centrada en los valores, no ha perdido actualidad. Lo demuestra por ejemplo la lucha jurídica y política que hubo en torno al caso de la paciente en coma Terri Schiavo, que sacudió a la opinión pública y la confrontó con cuestiones como los derechos humanos, la vida y la muerte.

En este tema político tan serio, ambos bandos reconocen que existen argumentos de peso para las dos posiciones, y por eso no habrá obligación de votar en bloque para los miembros de las fracciones parlamentarias. Pero, pese a ello, la división política es cada vez más amarga.

En el Senado, los republicanos quieren eliminar la posibilidad de que la minoría bloquee el nombramiento de jueces mediante discursos maratónicos (filibusteros). Al fin y al cabo es en las cortes federales y en la Corte Suprema donde terminan todos los debates sociopolíticos destacados como el aborto, el matrimonio homosexual, la eutanasia, la discriminación, la enseñanza de la teoría de la evolución en las escuelas o la tecnología genética. Los grupos conservadores y religiosos esperan mantener durante décadas una jurisprudencia conservadora gracias al nombramiento de jueces afines a sus ideas, que son nombrados de forma vitalicia.

Pero el tema de las células madre es más complejo que el de los filibusteros. Hay republicanos moderados que aprueban la investigación -entre ellos algunos acérrimos opositores al aborto- al igual que la popular Nancy Reagan, viuda del presidente Ronald Reagan, que sufría precisamente de Alzheimer.

En California, el 59% de la población votó a favor de otorgar 3 000 millones de dólares en fondos para estas investigaciones. Y el 60% de los estadounidenses cree, según una encuesta de Gallup, que los experimentos con células madre son "moralmente aceptables".