Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los pacientes que padecen apnea obstructiva del sueño moderada o severa tienen entre 3 y 4 veces más riesgo de sufrir un ictus en comparación con aquellos que no padecen este trastorno, según un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Toronto (Canadá). Las conclusiones del estudio se han hecho públicas durante la Conferencia Internacional de la Sociedad Americana Torácica celebrada en San Diego (Estados Unidos).



El estudio, realizado entre 1.475 personas, no encontró ningún incremento significativo en la tendencia a tener ictus entre personas con apnea suave en comparación con los que no padecían este desorden.



Según Douglas Bradley, autor principal del estudio, el riesgo de ictus entre estos pacientes es casi del doble de aquellos otros con factores de riesgo tradicionales que aumentan la probabilidad de sufrir ataques cerebrales como es el caso de la hipertensión o la diabetes. Los científicos descubrieron que el riesgo de ictus fue significativo incluso después de que otros factores de riesgo del ictus como la hipertensión y la obesidad se tuvieran en cuenta.



Los expertos explican que en la apnea obstructiva del sueño las vías respiratorias se estrechan o colapsan por completo durante el periodo de descanso. Debido a esto la persona deja de respirar brevemente muchas veces a lo largo de la noche. Los problemas de sueño derivados pueden causar somnolencia diurna o incluso hipertensión arterial.



Los pacientes del estudio fueron diagnosticados con apnea entre moderada y grave si su respiración paraba o se ralentizaba al menos 20 veces por hora de sueño. Las personas cuya respiración se detenía o disminuía entre 5 y 20 veces por hora eran diagnosticadas con apnea suave.



Según Bradley, una de las razones por las que la apnea obstructiva del sueño podría aumentar el riesgo de ictus es que se ha demostrado que causa hipertensión arterial, el principal factor de riesgo del ictus. Otra posible razón es que cuando una persona deja de respirar la carencia de oxígeno promueve una respuesta de "lucha o huida" en el cuerpo. Parte de esa reacción es hacer que la sangre se vuelva más coagulante, lo que puede conducir a que se formen coágulos en el cerebro causantes del ictus.



Según el investigador, el estudio proporciona otra razón por la que es importante tratar la apnea del sueño y hace que se plantee la cuestión de si las personas con apnea deben tomar antiagregantes plaquetarios o fármacos anticoagulantes, aquellos que se proporcionan ya a otros pacientes con riesgo de ictus.