Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Investigadores de Friburgo desarrollan un innovador sistema de protección solar aplicable en cristales de edificios y parabrisas de automóviles, que supera las ventajas de la tecnología existente. El avance parte de la idea de proporcionar protección solar detrás de un cristal sin que éste se oscurezca en exceso e impida ver el exterior, algo imprescindible en algunos casos.

Los rayos solares intensos se consideran fuente de estrés en las oficinas y dificultan la concentración o el trabajo frente a las pantallas de computadora, por los reflejos que causan. Por esa razón suelen instalarse pantallas protectoras que no son transparentes y, por ello, tampoco son aptas para algunos usos concretos, por ejemplo para los parabrisas frontales de los autos.

La investigadora Anneke Georg, del Centro de Investigación de Materiales de la Universidad Albert Ludwig de Friburgo desarrolla, en conjunto con el Instituto de Sistemas de Energía Solar de Fraunhofer, un sistema "fotocromo" o de "protección solar transparente".

Dicho sistema representa una ampliación de las aplicaciones de un método que ya se usa en sistemas antideslumbrantes de las gafas. La novedad es que para el oscurecimiento del cristal se usa la energía que proporcionan los mismos rayos luminosos, gracias a unas celdas solares transparentes integradas al recubrimiento del cristal.

De esta forma ya no se hace necesario incluir dos módulos de electrodos separados en las ventanas, algo que exigen los sistemas tradicionales de protección solar y que encarece mucho esas instalaciones.

Con el nuevo sistema la energía proviene de una fuente externa, por lo que se facilita y abarata la instalación respecto a los viejos sistemas, en opinión de Georg.

Las posibilidades de aplicación son numerosas, ya que el sistema sería útil en cualquier lugar "donde se trabaje detrás de un cristal", material que se usa con especial frecuencia en edificios modernos en Alemania, como los de algunas sedes de consorcios empresariales o de la administración pública.

Los investigadores de Friburgo consideraron posible también el desarrollo de un sistema similar en plástico, lo que podría disparar los usos de la nueva tecnología.

Es pronto, sin embargo, para hablar de una tecnología madura, ya que antes de salir al mercado todavía deben resolverse algunos problemas de índole práctica. Hasta el momento se han puesto en marcha las conversaciones entre los investigadores y algunos productores alemanes de ventanas para un mayor desarrollo del sistema.

El precio es uno de los factores que condicionará el éxito, como indicó la Asociación de Productores de Ventanas y Fachadas de Frankfurt Main, que se mostró especialmente cautelosa.

Los clientes privados no introducirán la nueva tecnología a corto plazo, pero los consorcios más fuertes económicamente sí podrían interesarse, declaró el subdirector de Negocios de la rama técnica de la Asociación, Frank Koos.

El funcionamiento del sistema se basa en el aumento de densidad de las partículas en una capa del cristal, que se produce por el movimiento de electrones, que a su vez es impulsado por la radiación solar. A raíz del aumento de la carga negativa de los electrones, fluyen también iones de litio cargados positivamente, de forma que la mayor densidad hace que los rayos del sol no puedan traspasar el cristal fácilmente. Los cristales se oscurecen, pero cuando la luz solar disminuye, los electrones vuelven a su posición original y la densidad se reduce de nuevo, de forma que el cristal recupera su transparencia.

Otra ventaja del sistema es que puede elegirse el grado de oscurecimiento y la velocidad de recuperación de la transparencia, por lo que es posible ajustarlo a diversas necesidades y usos, dijo Georg.