Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Las estatinas, fármacos diseñados para disminuir la concentración de colesterol en la sangre, también pueden prevenir la demencia en pacientes que se cree padecen la enfermedad de Alzheimer, según un estudio divulgado el lunes. Los hallazgos del estudio, en el que participaron 46 personas sospechosas de padecer la enfermedad de Alzheimer, han desatado dos estudios mayores con las estatinas, según el informe del Instituto de Investigación de Salud de la ciudad de Sun, en el estado de Arizona.

La empresa Pfizer Inc, que fabrica la estatina conocida como Lipitor, proporcionó fondos y los fármacos empleados en el estudio, cuyos resultados se publicaron en la edición de mayo de la revista Archives of Neurology.

El estudio, que duró un año, concluyó que 80 miligramos de Lipitor diariamente para pacientes diagnosticados con un cuadro ligero o moderado de la enfermedad de Alzheimer "pueden tener efectos positivos en el deterioro progresivo de la función cognoscitiva y conductual", escribió el investigador principal Larry Sparks. Estudios anteriores realizados con animales sugirieron que las concentraciones altas de colesterol en sangre intervienen en el progreso de la enfermedad de Alzheimer, que suele ser identificada después de la muerte por la placa que se forma en el cerebro de las víctimas, según el informe.

Sparks cree que el colesterol alto conduce directamente a la formación de placa cerebral. Sin embargo, escribió que los efectos beneficiosos de las estatinas -que se ha comprobado que también disminuyen el riesgo de cáncer de próstata y de mama- pueden deberse a sus propiedades antinflamatorias, el mejoramiento del flujo sanguíneo y a otros factores.

En otro estudio sobre la enfermedad de Alzheimer, publicado en la misma revista, investigadores concluyeron que los hispanos en Estados Unidos, que padecen la enfermedad, tienden a desarrollar síntomas hasta siete años antes que sus homólogos anglosajones de raza blanca. Investigaciones previas han demostrado que los inmigrantes hispanos, tanto del Caribe como de América Central, son más proclives a la enfermedad de Alzheimer que los anglosajones de raza blanca.