Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un tratamiento derivado de células madre embrionarias humanas mejora la movilidad en animales de experimentación con lesiones de médula espinal, según un estudio de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) que se publica en la revista The Journal of Neuroscience. Según los científicos, sus resultados suponen la primera evidencia física de que el uso terapéutico de estas células puede ayudar a restablecer las capacidades motoras perdidas por daños graves del tejido espinal.



Los científicos han descubierto que las células madres que desarrollaron restablecieron la capacidad motora de los animales tratados siete días después de la lesión inicial aunque el mismo tratamiento no funcionó en aquellos cuya lesión se había producido 10 meses antes.



Según los investigadores, estos resultados apuntan al posible uso de terapias derivadas de células madre en el tratamiento de daños en la médula espinal en humanos durante las fases más iniciales de la lesión. Aunque, según los investigadores, aún falta mucho trabajo por desarrollar antes de que puedan llevarse a cabo pruebas clínicas en humanos.



Se utilizó una nueva técnica para conseguir que las células madre embrionarias humanas se convirtieran en oligodendrocitos en fase inicial. Los oligodendrocitos están formados por bloques de mielina, el aislamiento biológico de las fibras nerviosas que es crítico para mantener la conducción eléctrica en el sistema nervioso central. Cuando la mielina se deshace debido a alguna enfermedad o lesión se producen deficiencias sensoriales o motoras y en algunos casos incluso parálisis.



En la actualidad, los tratamientos farmacológicos que se proporcionan durante la fase aguda de la lesión de médula espinal permiten estabilizar la zona pero proporcionan beneficios reducidos y no fomentan la regeneración del tejido dañado.



Los investigadores inyectaron estas células en animales que habían sufrido una lesión parcial de la médula espinal que les impedía caminar. El estudio se baso en los resultados obtenidos en dos grupos de animales, un grupo que empezó a ser tratado siete días después de la lesión y otro 10 meses después de ella. En ambos grupos las células de fase inicial se convirtieron en células de oligodendrocitos y migraron hacia los lugares neuronales apropiados de la médula espinal.



Según los expertos, en los animales tratados siete días después de la lesión los tejidos de mielina formados como células de oligodendrocitos envolvieron las neuronas dañadas de la médula espinal. En dos meses comenzaron a mostrar mejoras significativas en su habilidad para caminar en comparación con los lesionados que no recibieron tratamiento.



Sin embargo, los investigadores descubrieron que en aquellos cuya lesión se había producido 10 meses antes las habilidades motoras no se recobraron. Aunque las células de oligodendrocitos sobrevivieron en los lugares de la lesión crónica, no pudieron formar mielina porque el espacio entre las neurona se había completado con tejido cicatrizado.