Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un gen que detecta la grasa hepática podría controlar los niveles elevados de colesterol en sangre y las placas de ateroma que se acumulan en los vasos sanguíneos, según un estudio realizado en animales de experimentación por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pennsylvania (Estados Unidos). Las conclusiones de esta investigación se publican en la revista Cell Metabolism.



Según los científicos, los animales con un exceso de receptor X del hígado, cuando son alimentados con una dieta alta en grasa, permanecen sin hipercolesterolemia y placas de ateroma en los vasos sanguíneos que sin embargo muestran animales con la cantidad normal de receptores. De forma destacada, en los alimentados con la dieta equilibrada normal el exceso de receptores empeora los niveles de lípidos en sangre.



Los resultados sugieren que la variación natural entre los individuos en la cantidad de receptores del hígado podría llevar a diferencias entre ellos en su susceptibilidad a los niveles altos de colesterol y a la enfermedad cardiaca de un modo determinado por la dieta. Además, los fármacos que modulan la actividad de estos receptores podrían tener un uso potencial en las terapias de los trastornos lípidos y la aterosclerosis.



Según Mitchell Lazar, investigador principal del estudio, la dieta occidental alta en grasa ha favorecido una epidemia de aterosclerosis cardiovascular, convirtiendo esta enfermedad en la causa principal de muerte en los países industrializados. Según Lazar, ahora se sabe que algunas personas son más propensas que otras a la obesidad y sugiere que la interrelación entre los genes y la dieta es importante.



Los investigadores examinaron el metabolismo de los lípidos y la aterosclerosis en animales con una concentración de hasta tres veces más receptores X del hígado. Los animales también carecían de un segundo gen que les hacía particularmente propensos a la enfermedad cardiovascular.



Cuando los científicos alimentaron a los animales normales, los que presentaban una mayor media en el número de receptores mostraron un aumento en sangre de los niveles de colesterol y triglicéridos. En contraste, los animales alterados alimentados con una dieta occidental alta en grasa mostraron mejoras en los niveles de lípidos en sangre y protección frente a la aterosclerosis. Experimentos posteriores revelaron que el aumento de los receptores regulado de forma diferenciada moduló la expresión de otros genes metabólicos importantes.



Los investigadores señalan que los receptores X del hígado se han revelado como reguladores clave del metabolismo del colesterol y los lípidos. El estudio actual aclara el papel de estos receptores hepáticos en lo relativo a las conexiones entre la dieta, los lípidos en suero y la aterosclerosis.



Según los científicos, la modulación selectiva de los genes de estos receptores podría mejorar los niveles altos de lípidos y la enfermedad cardiovascular.