Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

En los últimos años ha quedado bien evidenciado que un elevado número de pacientes con espondilitis anquilosante no responde adecuadamente a las terapias que han venido utilizándose tradicionalmente en el tratamiento de los síntomas de esta enfermedad.



Los antiinflamatorios no esteroideos, los cortioesteroides y los inmunomoduladores 013fármacos que modifican el curso natural de la enfermedad- no han llegado a ofrecer, bien por falta de eficacia bien por falta de seguridad, todos los beneficios clínicos que, en un principio, se esperaba de ellos.



Por otra parte cabe destacar que las nuevas terapias biológicas, basadas en el uso de fármacos inhibidores del factor de necrosis tumoral 013anti-TNF-, ya han demostrado en una serie de ensayos clínicos su eficacia para reducir la actividad de los síntomas asociados a la espondilitis anquilosante.



Ahora, y tras conocerse los resultados de dos estudios internacionales, se puede decir que infliximab es el primer anti-TNF que he evidenciado su eficacia y seguridad tras dos años de tratamiento en el control de los síntomas propios de esta enfermedad.



Así, en uno de estos estudios, conocido como ASSERT, y publicado en la revista del Colegio Americano de Reumatología, se comparó la acción de infliximab en 201 pacientes, quienes recibieron el fármaco en las semanas 0, 2, 6, 12 y 18 de la investigación, en relación con 78 que recibieron placebo.



El objetivo primario del estudio era conocer la proporción de pacientes que presentaban una mejora de un 20% en el control de sus síntomas tras 24 semanas de tratamiento, utilizando los criterios del Grupo de Trabajo Internacional de Espondilitis Anquilosante (ASAS), así como los Índices BASDAI, BASFI, BASMI, y la forma abreviada del cuestionario SF 36.



De las conclusiones de esta investigación se puede destacar que, después de 24 semanas de tratamiento, más del 60% de los pacientes que recibió infliximab respondió positivamente a los criterios internacionales establecidos, mientras que el grupo tratado con placebo apenas alcanzó el 19% de respuesta.



En este sentido es importante poner de manifiesto que el beneficio clínico obtenido con infliximab comenzó a observarse en la segunda semana de tratamiento, manteniéndose hasta la 24.



En cuanto a los efectos secundarios observados, decir que fueron de carácter leve y similares en ambos grupos de tratamiento.



Estos resultados se ven reforzados por una investigación alemana que evaluó la acción de infliximab sobre 52 pacientes, y cuyo objetivo prioritario era conseguir una mejora de al menos un 50% en el control de los síntomas de la enfermedad tras 102 semanas de tratamiento.



De los 49 pacientes que completaron las 102 semanas de tratamiento, 30 -58%- superaron el 50% de mejora en el control de sus síntomas, siendo los efectos secundarios observados leves y similares a los que se presentaron durante el primer año de tratamiento.



De estas dos investigaciones se puede concluir, por tanto, que tras dos años de tratamiento infliximab se mantiene como una opción terapéutica eficaz y segura en el control de los síntomas de la espondilitis anquilosante.