Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Cardiólogos alemanes trabajan en la producción de válvulas cardíacas artificiales a partir de células del propio cuerpo con la finalidad que al ser implantadas en niños o jóvenes, puedan crecer por sí solas junto con los tejidos y órganos.

La función de las válvulas de corazón es vital, ya que impiden que una vez bombeada la sangre ésta regrese al corazón y además posibilitan que se reparta por todo el cuerpo, explicaron los expertos de la localidad alemana de Hannover. Agregaron que su funcionamiento es muy sencillo debido a que una vez que se abren permiten que la sangre fluya desde el corazón y se pliegan de inmediato cuando ésta amenaza con volver antes de tiempo.

Los defectos en ese mecanismo provienen, por lo general, de nacimiento y para los bebés que nacen con válvulas demasiado estrechas o que no cierran el paso de la sangre de manera correcta sólo existe una salida: la implantación de otras nuevas válvulas. Las válvulas humanas, que son pliegues de la propia piel interna del corazón, son reproducidas con tejido proveniente de animales, debido a que cuentan con la ventaja de ser muy similares a los humanos, lo que permite reducir el riesgo de sufrir embolias. El problema que presentan las válvulas fabricadas con células animales es que no crecen, como lo hace el corazón de un niño o joven enfermo, sino que por el contrario, se contraen y se calcifican con el tiempo. Por ello estos implantes deben cambiarse cada ocho o 10 años, por lo que un bebé nacido con ese problema debe someterse a un mínimo de cuatro operaciones antes de llegar a convertirse en un adulto, explicó el cardiólogo infantil Johannes Breuer.

Para evitar estas constantes operaciones, los cardiólogos alemanes de la Universidad de Medicina de Hannover desarrollan de manera paulatina la producción de tejido humano a partir de células del propio cuerpo del paciente mediante un bioreactor. Unas válvulas cardíacas artificiales fabricadas con esas células e implantadas podrían desarrollarse al mismo ritmo que el corazón y que el cuerpo del niño y funcionar a largo plazo como si fueran naturales, de forma que no tendrían que cambiarse periódicamente.

En la actualidad, este procedimiento se investiga en todo el mundo, pero fueron los cardiólogos de Hannover quienes lograron implantar el primer cultivo de tejidos en ovejas y, según sus resultados, con éxito.

Tras estas pruebas, los expertos pretenden comenzar el próximo año las investigaciones clínicas con pacientes, aunque prevén que no será hasta dentro de cinco o seis años cuando la práctica se permita como un tratamiento real.

El éxito de la investigación no sólo supondría un importante avance para los niños o jóvenes enfermos, sino que los pacientes mayores se beneficiarían también de sus ventajas.

Los mecanismos de válvulas de doble ala, que se utilizan desde los años noventa, son muy eficientes y duraderos, pero los pacientes deben tomar medicamentos durante toda la vida, explicó el presidente de la Fundación Alemana de Cardiología, Hans J rgen Becker. En el material proveniente de un cuerpo extraño pueden formarse coágulos, conocidos como trombos, que el flujo sanguíneo arrastra, de forma que se depositan en medio de arterias o venas, cerrando el paso de la sangre y provocando embolias y trombosis. Para evitar la formación de los coágulos, los pacientes deben tomar durante toda su vida medicamentos que diluyan la sangre, lo cual además de molesto es peligroso porque aumenta el riesgo de hemorragias, difíciles de detener por los anticoagulantes. Estos problemas desaparecerían con el implante de válvulas corporales desarrolladas a partir del propio cuerpo, de acuerdo con los expertos de Hannover, quienes se concentraron en el desarrollo de la válvula mitral. Esta válvula permite el paso de la sangre desde la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo.

Para la producción de las nuevas válvulas biológicas, los científicos trabajan con estructuras básicas de personas o animales fallecidos.

El profesor de la Universidad de Medicina de Hannover, Axel Haverich, explicó que uno de los principios en los que se basa el experimento es evitar reacciones inmunológicas. Agregó que para ello, primero debe librarse por completo al corazón de células extrañas antes de implantar las válvulas que proceden del propio cuerpo. Indicó que seis meses después del implante de los primeros tejidos en ovejas, las válvulas artificiales eran exactamente iguales que las naturales.

Haverich explicó que lo anterior lleva a pensar a los expertos que sería posible realizar el mismo experimento con éxito en humanos, sobre todo en niños, para que el desarrollo del tejido implantado acompañara el crecimiento natural del propio cuerpo.

El ministerio alemán de investigación subvenciona el procedimiento de fabricación de esas válvulas biológicas, un sistema que ya se encuentra maduro para comenzar pronto las pruebas clínicas con humanos, según Haverich.

En caso que el sistema se permitiera en Alemania, sería una única empresa fundada concretamente para ese fin la encargada de producir las válvulas a partir de la reproducción de tejidos provenientes de células del propio cuerpo.

Por lo tanto, agregó el experto, sólo queda esperar que los investigadores obtengan los permisos y que los avances se apliquen de forma efectiva en la práctica y puedan solucionar las afecciones cardíacas provocadas por los defectos en las válvulas cardíacas.