Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Científicos españoles y británicos descubrieron cómo el té verde ayuda a prevenir ciertos tipos de cáncer. Investigadores de la Universidad de Murcia en España y del Centro John Innes en Norwich, Inglaterra, detectaron que un compuesto llamado EGCG presente en el té verde evita que las células cancerígenas se desarrollen al inhibir una enzima específica.

"Hemos demostrado por primera vez que el EGCG, que está presente en el té verde en un nivel relativamente alto, inhibe la enzima DHFR, que es un objetivo reconocido y establecido para los medicamentos que combaten el cáncer", dijo a Reuters el profesor Roger Thorneley, del Centro John Innes.

"Ésta es la primera vez, según sabemos, que un objetivo conocido para un medicamento contra el cáncer se detecta como inhibido por el EGCG", agregó. El té verde posee cinco veces más EGCG que el té común, de acuerdo con diferentes estudios. El compuesto disminuye los niveles de determinados cánceres pero los científicos aún no están seguros de qué componentes están involucrados o cómo trabajan.

Los investigadores tampoco pudieron determinar la cantidad de té verde que se debería beber para tener un efecto favorable.

Thorneley dijo que el EGCG probablemente sea sólo uno de una serie de mecanismos anticancerígenos existentes en el té verde. "Hemos identificado esta enzima en células tumorosas, contra la que el EGCG apunta y sabe cómo impedir que esta enzima forme ADN. Esto significa que podríamos desarrollar nuevos medicamentos contra el cáncer basados en la estructura de la molécula de EGCG", explicó Thorneley.

Los científicos decidieron investigar el EGCG después de que se dieron cuenta de que su estructura era similar a una droga contra el cáncer llamada methotrexato.

"Descubrimos que el EGCG puede matar a las células cancerígenas de la misma forma que el methotrexato", dijo José Neptuno Rodríguez-López, de la Universidad de Murcia, uno de los autores de la investigación publicada en la revista Cancer Research.

El EGCG inhibe la enzima DHFR, que es esencial tanto en las células sanas como en las cancerígenas. Sin embargo, el componente no tiene tanto poder como el methotrexato, por lo que sus efectos colaterales sobre las células sanas podrían ser menos severos que los del medicamento.

Thorneley dijo que el EGCG podría ser un compuesto líder en las nuevas drogas contra el cáncer. El estudio podría explicar además por qué las mujeres que beben grandes cantidades de té verde durante la concepción y en los primeros meses de embarazo podrían tener un riesgo mayor de tener un hijo con espina bífida o con otros desórdenes.

Los especialistas recomiendan a las mujeres tomar suplementos de ácido fólico porque protegen contra la espina bífida, pero la abundante ingestión de té verde podría disminuir la efectividad del ácido.