Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La tabacalera Philip Morris trató de restar fuerza a las pruebas que muestran la existencia de vínculos directos entre el humo del tabaco y el síndrome de muerte súbita en los bebés, según publica la revista Pediatrics. La publicación divulga un nuevo estudio, elaborado por científicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) y los Centros para el Control de las Enfermedades (CDC), que da nuevas pistas sobre los intentos por parte de las tabacaleras de sembrar dudas en torno a los efectos perjudiciales del tabaco. En este caso, los efectos perjudiciales se refieren al vínculo entre el humo durante y después del embarazo y el síndrome de muerte súbita en los bebés.

Los investigadores de UCSF muestran con este análisis cómo, entre otras cosas, los ejecutivos de Philip Morris contrataron a un consultor para que escribiese un artículo sobre las causas de este síntoma. Cuando el artículo concluyó que el humo del tabaco efectivamente guarda relación con este síndrome, Philip Morris convenció al autor para que modificase sus conclusiones originales, de manera que sembrase dudas.

Publicado en el año 2001 en un prestigioso diario médico, el artículo en cuestión ha sido citado al menos 19 veces en otros tantos diarios científicos, lo que significa que los expertos lo tomaron en serio y sirvió para despistar a doctores y departamentos de salud pública.

Según Stanton Glantz, director del análisis publicado, las compañías tabacaleras "siguen la estrategia de ejercer una sutil pero importante influencia en las investigaciones".

Una influencia que, según Glantz, está destinada a despistar a la literatura médica, de modo que vaya en la "dirección equivocada".

El informe se basa en documentos en su día secretos que la industria tuvo que presentar a raíz del emblemático acuerdo legal de 1998 con 46 estados de Estados Unidos. La cuestión de si las compañías mienten o no sobre las consecuencias del consumo de cigarrillos es el centro del juicio que enfrenta a las tabacaleras con el gobierno estadounidense. Además de poner el dedo en la llaga en lo que respecta al tabaco, el estudio de la UCSF lamenta la inconsistencia de los diarios médicos y científicos en lo que se refiere a conflictos de intereses.