Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Autoridades de salud de Estados Unidos advirtieron el miércoles sobre la posibilidad de una nueva epidemia del virus del Nilo occidental al comenzar la temporada de calor, sobre todo en la parte suroeste del país. El Centro Nacional para el Control y la Prevención de Enfermedades en Atlanta (CDC) informó que en coordinación con los departamentos de salud de las diversas entidades ha comenzado a tomar medidas para prevenir contagios como los registrados el año pasado. El CDC señaló que mientras la preocupación se ha centrado ahora en el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) no debe descuidarse la amenaza que representa el virus del Nilo occidental.

La dependencia anunció que ha comenzado a coordinar con diversas entidades la colocación de trampas para atrapar mosquitos y detectar si estos son portadores del virus. En la epidemia registrada el año pasado en Estados Unidos,

4 161 personas fueron infectadas con la enfermedad y 277 de ellas murieron.

La mayoría de las muertes se registraron en los estados de Illinois, Michigan, Ohio y Louisiana. El virus se ha transportado del este al oeste de Estados Unidos a través de aves migratorias infectadas. Los mosquitos que pican a las aves transmiten el virus luego a otros animales susceptibles y a los seres humanos. Las personas con mayor riesgo de ser infectadas son las de edad avanzada, aquellas que tienen comprometido su sistema inmunológico, así como los niños pequeños. La mayor parte de las infecciones son leves y sus síntomas, que no siempre aparecen, incluyen fiebre, dolor de cabeza y dolores en el cuerpo. El virus puede causar encefalitis o meningitis en casos severos. Sin embargo, las probabilidades de morir o sufrir una infección grave son extremadamente bajas. El CDC estima que menos del 1,0% de las personas que son picadas por un mosquito transmisor enfermarán gravemente. Las infecciones severas son fatales entre el 3,0 y el 15% de los casos.

El virus del Nilo fue detectado por primera vez en el estado de Nueva York en 1999, cuando una epidemia provocó la muerte de siete personas