Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Prestigiosos economistas, como el premio Nobel Joseph Stiglitz y los profesores Richard Jolly y Sanjay Reddy, pidieron una mayor inversión en la infancia del tercer mundo, por creer que es la mejor apuesta por el desarrollo.

"Los niños son los grandes olvidados en las políticas económicas. Nadie les representa, son el gran colectivo sin voz. Sus preocupaciones y sus necesidades no son defendidas, pese a que son distintas del resto de la sociedad", aseguró Stiglitz.

La directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Carol Bellamy, convocó a un panel de economistas de alto nivel para analizar cómo afecta la pobreza a la infancia y qué se puede hacer en favor de este colectivo. Stiglitz fue claro al afirmar que los niños necesitan una política económica específica y recalcó que es la mejor inversión que puede realizarse, porque "de ellos depende el futuro de nuestras sociedades".

Explicó que la principal vía de actuación debe ser la promoción de la educación entre los niños y las niñas del tercer mundo, tal y como contemplan los llamados Objetivos del Milenio de la ONU, que establecen una serie de metas para el 2015.

"Cumplir esta meta no es tan difícil -aseguró-. Sólo hacen falta 9 000 millones de dólares, lo que equivale al 1% de los gastos de defensa mundiales", señaló. Para el profesor Reddy, uno de los grandes expertos en pobreza, "la inversión en los más pequeños, si se hace de manera acertada, tendrá un efecto multiplicador en las futuras generaciones".

Desde el punto de vista económico -indicó- dedicar recursos a mejorar la nutrición de los niños es "la mejor de las inversiones para mejorar y alargar la productividad del ser humano". El profesor Kaushik Basu, uno de los expertos en la lucha contra el empleo infantil, explicó en el debate cómo tradicionalmente se han enfocado mal las actuaciones en este campo, pues se ha visto a los padres de los niños como "adversarios", y no como colaboradores.

Por ello, una de las mejores maneras de acabar con el trabajo infantil es mejorar las condiciones de vida de los adultos, fomentar la creación de empleo, con salarios dignos, así como impulsar la creación de escuelas para niños pobres. Con el panel de expertos, UNICEF trata de hacer frente a la ausencia de resultados en la lucha contra la pobreza infantil, dado que en la actualidad, más de 1 000 millones de niños y niñas no disfrutan del desarrollo y la protección que prometió en 1989 la Convención sobre los Derechos del Niño.

Bellamy indicó que más de la mitad de los menores de los países en desarrollo sufren privaciones graves de uno o más de los bienes y servicios esenciales para la niñez. Explicó que 640 millones carecen de una vivienda adecuada, 500 de un saneamiento adecuado, 400 millones no tienen agua potable, 270 millones carecen de atención de la salud, 140 millones nunca han acudido a la escuela y 90 millones sufren graves privaciones de alimentos.