Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Por donde se los mire los glaciares más importantes de América del Sur se están derritiendo, y el manto blanco que cubre la Cordillera de los Andes está desapareciendo aún con mayor velocidad.

"Miren. Pueden verlo. El Chacaltaya se ha partido en dos", expresó el científico Edson Ramírez mientras dirigía un grupo de turistas hacia lo que hace tiempo fue una cumbre cubierta de hielo en la cordillera boliviana.

Debajo de los cúmulos de nubes se expande a más de tres kilómetros de altura La Paz, una ciudad en crecimiento que sobrevive con el agua que cae por las laderas de estas montañas sin árboles. El Chacaltaya, una reserva de esas aguas congeladas, desaparecerá en el término de siete a ocho años, advirtió Ramírez, glaciólogo o experto en hielos. "Algunos glaciares pequeños como éste ya han desaparecido", manifestó el científico boliviano. "En los próximos diez años muchos más lo harán". Y la desaparición trascenderá la frontera de Bolivia.

Desde Alaska, en el Norte, hasta el Parque Nacional de Glaciares de Montana, y los grandes bloques de hielo de la Patagonia, en el punto más austral de este continente, se están derritiendo, achicando, retrocediendo.

En el este de África, las históricas nieves del Monte Kilimanjaro están desapareciendo. En los picos nevados de los Alpes y los Himalayas de Europa y Asia, el cambio ha sido impresionante.

Desde América del Sur hasta Asia, los glaciares amenazan desbordarse y sumergir bajo el agua a poblaciones enteras.

En los últimos años los satélites espaciales han ayudado a medir la tendencia climática global, pero científicos como Rajendra K. Pachauri, nativo del Norte de la India, hace tiempo que han observado el fenómeno desde Tierra. "Lo sé por observarlo", manifestó Pachauri a un periodista en la conferencia internacional sobre cambio climático realizada en Argentina. "Si usted va a los picos del Himalaya, la velocidad a la que los glaciares están retrocediendo es alarmante. Y éste no es un ejemplo aislado. He visto fotografías del Monte Kilimanjaro de hace cincuenta años y ahora. La evidencia es notable", explicó.

Una abundante evidencia indica que el calentamiento global está haciendo que los glaciares se derritan en todo el mundo, de acuerdo con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, una red de científicos encabezados por Pachauri, respaldada por la ONU.

Las temperaturas globales se incrementaron poco más de medio grado centígrado (0,55) en el siglo XX.

Expertos franceses y otros científicos que trabajan con Ramírez en la Universidad San Andrés de La Paz estiman que los Andes bolivianos se están calentando incluso más rápido, actualmente a poco menos de medio grado (0,3) por década. El calentamiento global continuará mientras los gases invernadero -principalmente el anhidrido carbónico proveniente de la quema de combustibles fósiles- se acumulen en la atmósfera, dijeron en el panel de las Naciones Unidas y otras organizaciones científicas.

El Protocolo de Kyoto establece un recorte de esas emisiones, pero las reducciones son pequeñas y Estados Unidos -el mayor emisor- no se ha adherido por considerar que es perjudicial para la economía estadounidense.

El pacto entrará en efecto el 16 de febrero, pero el impacto del cambio climático ya es evidente.

Un estudio internacional concluyó en noviembre que las temperaturas universales se han elevado unos cuatro grados centígrados en los últimos cincuenta años en el Ártico, donde la capa subalterna de hielo se está derritiendo, al igual que el mar helado. El océano está ganando tierra a las islas del Pacífico, los mares se expanden a medida que se calientan y que reciben agua de la capa de hielo de Groenlandia y otras fuentes.

Esas fuentes incluyen por lo menos un río nuevo caudaloso de aguas derretidas en el Oeste de China, donde miles de glaciares del Himalaya y otras cadenas montañosas están cediendo.

En los Alpes italianos, el 10% del hielo se derritió con la ola de calor que castigó Europa en el 2003, y los expertos temen que desaparezca en unos veinte a treinta años. Esta situación alimentará a su vez los océanos y terminaría amenazando los suministros de agua potable, la agricultura y la electricidad de la Tierra.

En Perú -país que cuenta con vastas capas de hielo andino y glaciares- el 70% de la electricidad se extrae de represas hidroeléctricas, pero las autoridades temen que gran parte pueda desaparecer en una década. Mientras tanto, el agua derretida está creando nuevos lagos al pie de las montañas que amenazan desbordarse y devastar las poblaciones vecinas.

Aquí, en la empobrecida Bolivia, el gobierno casi no ha comenzado a efectuar planes por el cambio climático. A una hora en automóvil desde La Paz, el Chacaltaya fue la cumbre más alta para practicar esquí en todo el mundo. Pero nadie hace deporte en sus laderas nevadas desde 1998. Al derretirse, el glaciar ha quedado dividido en dos. Cubre un área de menos de seis hectáreas, con capas de hielo de no más de ocho metros de profundidad. Ramírez dijo que perdió las dos terceras partes de su masa sólo en la década de 1990, y que ahora probablemente tenga el 2% del tamaño que tuvo en algún momento.

El Chacaltaya y otros glaciares andinos han reducido su tamaño desde el siglo XVIII, cuando terminó en el área la llamada 01Cpequeña edad de hielo01D, pero la velocidad de su deterioro se ha incrementado dramáticamente en las últimas

décadas, derritiéndose tres veces más rápido desde la década de 1980 que a mediados del siglo XX.

Aunque el aumento de la temperatura es uno de los factores subyacentes, los especialistas en glaciares descubrieron un ciclo más complejo: el calentamiento del Océano Pacífico ha hecho que el fenómeno climático de la corriente del Niño sea más frecuente y poderosa, reduciendo las precipitaciones y derritiendo glaciares.

Las rocas que quedan expuestas actúan ahora como un horno, y alientan aún más la fundición del hielo.

"Es una situación global", dijo Lonnie Thompson, uno de los glaciólogos más prominentes. "Lo que vemos en los Andes está sucediendo en el Kilimanjaro y en los Himalayas.