Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Científicos de la Universidad de California de Los Ángeles (Estados Unidos) han utilizado con éxito el VIH para combatir la metástasis del melanoma en animales de laboratorio a través de la modificación genética del virus. Los resultados de la investigación se publican en la edición digital de la revista Nature Medicine.



Los científicos modificaron genéticamente el VIH para que encontrara y se uniera a elementos específicos de las células cancerígenas de metástasis de melanoma en animales de experimentación. Para ello añadieron una proteína fosforescente en el virus para seguir su recorrido en el flujo sanguíneo hacia nuevos tumores a nivel pulmonar.



Los investigadores emplearon dos fases para transformar el VIH en un agente para localizar el cáncer, primero usaron una versión del virus de la que se habían eliminado las partes que causaban el sida lo que permitía al virus infectar las células y extenderse por todo el cuerpo sin provocar la enfermedad.



Según Irvin S.Y. Chen, uno de los investigadores del estudio, el virus del sida "desarmado" actúa como un "caballo de Troya" para transportar agentes terapéuticos dirigidos a partes del cuerpo como los pulmones, donde a menudo metastatizan los tumores.



En segundo lugar, los científicos transformaron la apariencia del VIH en la del virus Sindbis, que normalmente infecta a insectos y pájaros. A través de este cambio los científicos reprogramaron el virus del sida, que suele infectar a las células T, para que encontrara y se uniera a las glicoproteínas P, localizadas en la superficie de muchas células tumorales. Este estudio es el primero en probar que el VIH modificado puede dirigirse y unirse a glicoproteínas P.



Según los expertos, las glicoproteínas P causan grandes problemas convirtiendo a la célula en resistente a la quimioterapia. Esto evita que la droga ejerza su función y permite al tumor continuar creciendo sin obstáculos.



Para seguir el recorrido del virus los investigadores añadieron al VIH luciferasa, una proteína fosforescente. Los científicos inyectaron el virus vía intravenosa y utilizaron una cámara óptica para observar el movimiento del virus.



Los científicos señalan que esta técnica debe ser mejorada para conseguir una mayor seguridad y especificidad antes de utilizarse en pruebas de terapia génica en humanos.