Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los niños cuyas madres trabajan en horarios no convencionales, como los turnos nocturnos o rotativos, en sus primeros 3 años de vida muestran peores resultados en las pruebas cognitivas, según un estudio de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad de Columbia (Estados Unidos) y cuyas conclusiones se publican en la revista Child Development.





Este estudio y otros anteriores sugieren que estas mujeres a menudo tienen dificultades para equilibrar las responsabilidades familiares y laborales debido a estos horarios. Los científicos utilizaron información de un estudio nacional sobre cuidados precoces en la infancia que hacía un seguimiento de 1.364 niños en 10 ciudades del país desde su nacimiento en 1.991 hasta los 36 meses de edad. El estudio se concentró en 900 niños cuyas madres habían trabajado en sus primeros tres años de vida. Aproximadamente la mitad de las madres trabajadoras tenían un trabajo con horarios no habituales durante ese periodo de tiempo.



Los autores del estudio descubrieron que los hijos de aquellas madres que trabajaban en este tipo de horarios durante los primeros tres años de vida presentaron peores resultados en las pruebas cognitivas. Estas pruebas evalúan aspectos como el desarrollo lingüístico, la memoria, el aprendizaje, la solución de problemas y conocimientos de los niños sobre colores, letras, números y formas.



Según los expertos, uno de los efectos podría ser el tipo de cuidados que recibieron estos niños cuando sus madres trabajaban en esos horarios. Estudios anteriores demuestran que las madres que trabajan en horarios no convencionales son menos propensas a llevar a sus hijos a centros infantiles en comparación con aquellas madres que trabajan en los horarios habituales. Estos centros infantiles están asociados con mejores resultados cognitivos en los niños que acuden a ellos.