Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Algunos estudios han sugerido que fumar puede proteger frente a la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, una nueva investigación lo descarta.

Investigadores de la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) publican en la edición electrónica de "Proceedings of the National Academy of Sciences" los resultados de su estudio llevado a cabo con modelos animales.

Primero explican que investigaciones con animales y clínicas han sugerido que la exposición a la nicotina inhibe la formación de la placa de amiloide, característica de la enfermedad de Alzheimer. No obstante, en el nuevo experimento han observado que, en realidad, la nicotina empeora los efectos de una proteína cerebral llamada tau, que es responsable de los ovillos neurofibrilares que también son característicos de la enfermedad neurodegenerativa.

Utilizando ratones genéticamente manipulados para desarrollar Alzheimer, comprobaron que la administración de nicotina provoca un aumento de los receptores cerebrales de la nicotina, que se correlaciona con un significativo aumento de la agregación y actividad de la proteína tau. Esto indica que los efectos nocivos que causa esta proteína empeoran. Además, escriben que la administración crónica de nicotina no ejerce ningún efecto sobre los niveles de amiloide soluble.