Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La clonación y otros temas controvertidos como la eutanasia o los trasplantes de órganos han sido excluidos del borrador de la declaración sobre bioética que un grupo de expertos debía finalizar el viernes en la sede de la UNESCO, en París. El texto que finalice el comité internacional de bioética (CIB) pasará a manos de los expertos intergubernamentales, que tienen previsto reunirse en abril y junio próximos, también en la sede de la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Ante los miembros del CIB reunidos en una sesión extraordinaria, el director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura, saludó el interés manifestado por el consenso, que llevó a "renunciar a la inclusión de temas muy específicos, a menudo controvertidos, como la clonación, el trasplante de órganos y el fin de la vida".

Ello no impide que el borrador actual de la declaración relativa a normas universales en materia de bioética prevea una revisión periódica del futuro texto, con el fin de "integrar en el futuro temas en los que podría surgir un consenso", indicó Matsuura en un comunicado difundido por la organización.

El director general agregó que además, el proyecto deja la puerta abierta a la elaboración de "futuros instrumentos internacionales sobre temas más concretos", sobre la base de los principios que se enuncien en la declaración.

Al hacer un primer balance de los trabajos del CIB, Matsuura señaló que el texto "no tiene y nunca tuvo como ambición la de resolver todas las cuestiones de bioética que se plantean actualmente y que evolucionan a diario". Según el, la meta es más la de "fijar un cierto número de principios y de procedimientos que permitan a los estados elaborar legislaciones o políticas" en bioética. Matsuura agregó que el texto también tiene como objetivo "en la medida de lo posible" inscribir las decisiones y prácticas científicas en el marco y el respeto de ciertos principios generales universalmente aceptables. También pretende alentar un diálogo en la sociedad sobre la bioética y el reparto de los conocimientos en materia de ciencias y tecnología, dijo el director general de la UNESCO. Por otra parte, saludó el hecho de que el CIB haya querido valorar la responsabilidad social.

Al mencionar el acceso a cuidados sanitarios de calidad y a una alimentación y agua adecuadas, la reducción de la pobreza o la mejora de las condiciones medioambientales, abre perspectivas de acción que rebasan ampliamente la ética médica y reitera la necesidad de enmarcar la bioética en una reflexión sobre el mundo político y social, opinó Matsuura.