Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La pérdida de peso en los ancianos parece ser un factor de pronóstico de demencia y contribuye a la fragilidad de la edad, dijeron investigadores el lunes. Aunque impedir la pérdida de peso no garantizó el deterioro mental, mantener el peso podría ayudar a alejar la dependencia física de otras personas, así como las caídas y la dificultad para que sanen las heridas, algo característico durante la vejez, según un informe publicado en la revista Archives of Neurology.

En el estudio, que duró tres décadas e involucró a 1 890 hombres japoneses de setenta y siete años y más, los investigadores identificaron a 112 hombres que desarrollaron demencia. Una gran proporción de los practicantes con problemas había perdido alrededor de 5 kilos, o el 10% de su peso corporal, en un período de dos a cuatro años antes de que se presentaran los primeros síntomas de demencia.

Los investigadores hallaron una asociación similar entre la pérdida de peso y la enfermedad de Alzheimer, así como con la demencia vascular, escribió el autor del estudio, Robert Stewart, del Instituto de Psiquiatría de Londres.

En un editorial adjunto, Michael Grundman, de la empresa Elan Pharmaceuticals en San Diego, California, dijo que se necesitan más investigaciones para hallar si la buena nutrición y el impedir la pérdida de peso podría al menos retardar el curso de la demencia.