Las células madre hematopoyéticas integran en el receptor mucho más eficazmente de lo que hasta ahora se creía. Sin embargo, un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad de Toronto (Canadá), publicado en la última edición de la revista Nature Immunology, indica que, tan solo una minoría de estas células integradas o establecidas contribuyen a la hematopoyesis a largo plazo. Los autores del nuevo trabajo demuestran, en experimentos con animales de laboratorio, que casi cada uno de los animales irradiados que tan solo recibió una célula madre introducida mediante transplante, conseguía integrarla con éxito en la médula ósea y generar células sanguíneas de origen donante en apenas de unas cuatro a ocho semanas. Pese al éxito del engarzado (o integración de esta célula madre foránea en el receptor), cuando estos ratones fueron analizados al cabo de 32 semanas, tan solo un 25 por ciento de ellos había generado células sanguíneas, lo que indica que se había producido una ausencia de autorrenovación de la célula madre. Por ello, según los autores del presente estudio, el potencial a largo plazo de las células madre hematopoyéticas no parece estar limitado al éxito de su engarzamiento, sino que refleja la variable capacidad de autorrenovarse que tienen estas células una vez establecidas en la médula ósea. |