Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Científicos y médicos argentinos han realizado el primer implante mundial de células madre para combatir la diabetes, lo que brinda esperanzas a los millones de personas que padecen la enfermedad en el mundo, dijo el lunes Roberto Fernández Viña, integrante del proyecto. "Por primera vez en el mundo, este procedimiento de implante se realiza en el páncreas", dijo a Reuters Fernández Viña.

Las células -extraídas de la médula ósea del propio paciente- fueron implantadas en el páncreas de un hombre de cuarenta y dos años que padecía diabetes, con el objetivo de regenerar tejidos afectados que ya no producían insulina, la hormona necesaria para que las células utilicen la glucosa en la sangre. El novedoso tratamiento se realizó por vía endovascular, con el paciente despierto, a través de una punción en la ingle y la colocación de un catéter en una arteria del páncreas, explicó Fernández Viñas.

El paciente -cuyo páncreas volvió a producir insulina- fue dado de alta al día siguiente de la intervención quirúrgica y ya se encuentra en su pueblo natal, en la provincia argentina de Santa Fe, según el médico.

Aunque ésta no es la primera aplicación de células madre para regenerar tejidos en el cuerpo, sí es el primer implante en el páncreas en forma directa, señalaron los expertos.

"Los niveles de glucosa ya comenzaron a descender en el paciente (al que se le implantaron las células madre), a sólo una semana de la intervención", dijo Fernández Viña, quien además de encabezar el proyecto tiene un particular interés en conseguir la cura de la enfermedad. "Mi hermano tiene diabetes, con lo cual mi interés (por encontrar una solución a la enfermedad) es muy concreto", agregó.

El procedimiento fue realizado en la ciudad de San Nicolás -a unos 300 kilómetros de Buenos Aires- sin la contribución de ninguna institución pública ni privada.

La experiencia argentina contó con el aval y el reconocimiento de la Universidad de Stanford y el Hospital Emby Anderson de Houston, ambos de Estados Unidos, así como del francés Hospital George Pompidou de París.

Alrededor de 190 millones de personas padecen diabetes mellitus en el mundo y se calcula que en veinte años la cifra se duplicará, según datos de la Asociación para el Cuidado de la Diabetes en Argentina (CUIDAR). En Argentina, aproximadamente el 8% de la población padece diabetes, según la asociación.

La diabetes es una enfermedad en la que el organismo es incapaz de producir insulina o de utilizar con eficacia la que segrega, lo que genera alteraciones a la hora de metabolizar los alimentos. La insulina actúa como una llave que "abre" las puertas de las células y permite que la glucosa penetre en ellas.

Pero en el caso de la diabetes mellitus, la glucosa no penetra en las células y por eso su concentración en la sangre suele ser elevada. Si la concentración de glucosa se mantiene elevada durante mucho tiempo, esto ocasiona complicaciones graves, como neuropatías, nefropatía y retinopatía- por lo que el paciente diabético debe controlar diariamente su glucemia, recibir los medicamentos adecuados, en algunos casos inyectarse insulina, así como controlar la cantidad, la calidad y los horarios de alimentación. Además, la diabetes puede conducir a problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

Hay dos tipos de diabetes, la I y la II. La de tipo I suele darse en niños y se debe a la destrucción de las células productoras de insulina en el páncreas por una reacción autoinmune. En este caso, los pacientes necesitan inyecciones diarias de insulina.

La diabetes mellitus de tipo II, en la que el organismo no utiliza la insulina de forma adecuada o surge una resistencia a dicha hormona, solía aparecer entre personas de mediana edad o mayores. Sin embargo, los casos han aumentado en los últimos años en todos los grupos de edades. La diabetes de tipo II suele estar vinculada con la obesidad y afecta a muchas personas tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo.

El aumento de la incidencia de diabetes mellitus de tipo II resulta inquietante porque los niños no deberían padecer esta enfermedad, que se puede evitar con un estilo de vida saludable como hacer ejercicios todos los días y controlar la ingestión de carbohidratos.

Hasta el momento, la diabetes mellitus no tiene cura y es por ello que este tratamiento con células madre constituye un gran avance para quienes sufren las consecuencias de la enfermedad en todo el mundo.