Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Un gen que puede ayudar a impedir que el virus que ocasiona el sida penetre en las células parece proteger a algunas personas de la mortal e incurable enfermedad, dijeron investigadores el jueves.

En el estudio, realizado por científicos de Estados Unidos, Argentina y Gran Bretaña, los investigadores hallaron que la persona que porta copias adicionales del gen tiene menos probabilidad de infectarse con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que afecta a unos 40 millones de personas en el mundo.

Los hallazgos podrían conducir a mejores métodos para combatir al VIH, que ocasiona el síndrome de inmunodeficiencia humana (sida). Esta enfermedad ha matado a más de 25 millones de personas desde que se identificó por primera vez en la década del ochenta, según el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, que financió el estudio. Asimismo, los hallazgos pueden ayudar a explicar la inmunidad general del ser humano contra enfermedades infecciosas, escribieron los investigadores en un informe publicado en la revista Science.

El gen, llamado CCL3L1, controla la producción de un químico del sistema inmunológico llamado quimiocina, cuyos receptores se han convertido en objetivos terapéuticos para impedir el desarrollo del VIH y el sida.

En general, la variación genética indica que hay pocas mutaciones o variaciones en un gen, o que la gente tiene copias activas e inactivas -una heredada de la madre y otra del padre. Pero en este caso, las personas portan copias múltiples de un gen, según Sunil Ahuja, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, en San Antonio, y director del estudio.

"Alrededor del 5% del genoma humano tiene grandes porciones de la secuencia duplicadas", dijo Ahuja en una entrevista telefónica. En el caso del CCL3L1, algunas personas no portan copias de este gen y otras tienen cuatro, cinco y más. Las quimiocinas se asocian con un receptor (puerta de entrada celular) conocido como CCR5. Se sabe que el CCR5 afecta la susceptibilidad a la infección por VIH y la rapidez con que las personas infectadas progresan al sida.

Para su estudio, Ahuja y sus colegas analizaron muestras de sangre de más de 4 300 personas, infectadas y no infectadas con el VIH, de diversos orígenes étnicos. Los científicos determinaron las copias del gen CCL3L1 de cada persona estudiada y hallaron grandes variaciones.

Por ejemplo, los adultos de raza negra que eran VIH-negativos portaban cuatro copias del CCL3L1 como promedio, los estadounidenses de origen europeo tenían dos copias, mientras que los hispanos presentaban tres copias como promedio. Mientras más copias del gen tenga una persona, menor es la probabilidad de infectarse con el VIH.

Pero lo que importa no es el número absoluto de copias adicionales del gen, dijo el equipo de Ahuja. Lo importante es si una persona tiene más copias de las que porta como promedio su grupo étnico, agregaron los científicos. Cada copia adiconal del CCL3L1 ofrece entre un cuatro y un 10% de protección contra el VIH, dijo Ahuja.

Alrededor del 1% de las personas de ascendencia caucásica porta una mutación del gen del CCR5 que dificulta que se infecten con el VIH o que desarrollen el sida toda vez infectados. Esto fue lo que condujo al equipo de Ahuja a investigar las quimiocinas que interactúan con el receptor CCR5.

Ahuja describió la infección como una batalla entre el VIH y las quimiocinas del sistema inmunológico humano, ya que todos tratan de entrar en células de dicho sistema, llamadas células T. "El virus trata de competir con las quimiocinas", dijo Ahuja. El resultado depende de la carga viral en la sangre, de cuántos receptores CCR5 tenga una célula y de la concentración de quimiocinas en los alrededores, según los científicos.

Matthew Dolan, coronel de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en la base de Brooks City, en San Antonio, quien también trabajó en la investigación, dijo que los hallazgos podrían ayudar a los médicos a decidir cómo y cuándo deben tratar a pacientes infectados con el VIH con un coctel de fármacos antivirales. Asimismo, los hallazgos podrían ayudar a diseñar vacunas nuevas y a probar sistemas de inmunización ya creados contra el VIH, agregó Dolan. Dolan manifestó que la propia quimiocina CCL3L1 podría convertirse en una vacuna.