Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
Según los investigadores, el factor de crecimiento placentario (PlGF) encontrada en la orina de mujeres embarazadas podría ser una medida adecuada para pronosticar el desarrollo posterior de la preeclampsia. Las conclusiones de este estudio del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano del Instituto Nacional de la Salud estadounidense se publican en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA. 2005;293:77-85.). Los investigadores descubrieron que las mujeres eran altamente propensas a desarrollar preeclampsia si tenían bajos niveles de factor de crecimiento placentario (PlGF) en su orina. El PlGF funciona en combinación con el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF). Juntas, las dos sustancias fomentan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos y mantienen la salud de sus células interiores, incluyendo aquellos de la placenta que permiten el desarrollo fetal. Los autores del estudio creen que la hipertensión y otros síntomas característicos de la preeclampsia son resultado de niveles bajos de PlGF y VEGF. Según explican los científicos, un pequeño número de mujeres, como aquellas embarazadas con más de un niño o con hipertensión a largo plazo, se sabe que sufren un alto riesgo de sufrir preeclampsia. Sin embargo, la gran mayoría de casos no esperados de esta enfermedad se da en madres primerizas. En algunos casos, la patología podría progresar a eclampsia. Aunque la hipertensión y las crisis pueden ser tratadas, el único tratamiento para la preeclampsia es el parto. Según los expertos, en los casos en que la enfermedad no llega a la eclampsia, los recién nacidos de madres con preeclampsia pueden ser extremadamente pequeños para su edad gestacional o pueden nacer prematuramente. Estas condiciones, exponen a los recién nacidos a una variedad de riesgos como ceguera, parálisis cerebral o retraso mental. Los investigadores analizaron muestras de orina de 120 mujeres que desarrollaron preeclampsia y las compararon las de 118 mujeres que no desarrollaron la enfermedad. Los resultados mostraron que los niveles en la orina de PlGF fueron significativamente más bajos en aquellas mujeres que posteriormente desarrollaron preeclampsia que para las mujeres del otro grupo que no la desarrollaron. Según los científicos, en las mujeres que desarrollaron preeclampsia, los bajos niveles de PlGF comenzaron aparentemente entre las semanas 25 y 28 del embarazo. Las diferencias en los niveles de PlGF crecieron más pronunciadamente entre las semanas 29 y 36 de gestación |