Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos
Un equipo de científicos surcoreanos descubrió la forma de resolver la paradoja del cáncer de por qué las células viejas, con capacidad reducida de división, son susceptibles a la enfermedad, caracterizada por el crecimiento celular descontrolado, informó la víspera el Korea Times. El grupo, bajo la dirección del profesor You Ho-Jin de la Universidad de Chosun, anunció el pasado domingo que la acción de detener el crecimiento en las células viejas podría conducir directamente a la formación de células cancerígenas. "Hemos probado que el crecimiento retrasado visto en las células envejecidas no evita necesariamente que éstas se conviertan en cancerosas, contrario a la creencia general. Nuestros hallazgos redirigirán la investigación destinada a la lucha contra el cáncer", aseveró You. En la medida en que los seres humanos envejecen, aumenta la posibilidad del desarrollo de tumores, especialmente a los cuarenta años de edad. Pese a ser reconocido empíricamente, los médicos no han podido probar la tesis desde el punto de vista científico porque las células viejas pierden la habilidad de dividirse, pero las células cancerígenas siempre se reproducen descontroladamente. Para resolver el misterio del cáncer, el equipo de You investigó el gen humano Bcl-2, encargado de demorar el crecimiento o hacer envejecer a las células, y detectó que el retraso del crecimiento de las células Bcl-2 inducidas no impide que éstas evolucionen a la división celular explosiva. De hecho, las Bcl-2 obstruyen el mecanismo de reparación del ADN, privan al organismo humano de un importante instrumento para prevenir las mutaciones y aumentan sustancialmente la probabilidad de aparición de tumores. "Hasta hoy en día, los científicos sospechaban que las células acumulaban mutaciones cuando eran jóvenes, que se convertían en tumores una vez que envejecían. Sin embargo, hemos aprendido que las células viejas viven mutaciones violentas debido a la falta del reparador ADN"; afirmó You. Durante el período de vida de una célula, su ADN está sujeto a constantes daños, ya sea por las actividades metabólicas normales o por factores ambientales como el hábito de fumar o las radiaciones. Todo esto debe ocasionar una gran confusión estructural en la molécula de ADN y alterar la forma en que una célula lee la información codificada en sus genes, lo que presupone una grave amenaza al organismo. Para llevar las cosas de vuelta a la normalidad, el cuerpo humano cuenta con un mecanismo de autorreparación de dos fases. La primera es el sistema reparador de ADN, que revierte el daño. No obstante, algunas células luchan para ir a la par de las reparaciones y conseguir nuevas mutaciones. Para proteger al organismo humano de las deformaciones, el cuerpo acude a un último recurso llamado apoptosis, que no es más que el suicidio de las células de ADN con lesiones irreparables, para lo que están programadas. Todo el mundo conocía que las Bcl-2 inhibían la apoptosis, pero You fue el primero en descubrir que el gen está directamente asociado con el envejecimiento y el cáncer. "Los estudios anticancer dirigirán su atención hacia el descubrimiento de sustancias que puedan proteger el mecanismo de reparación del ADN, evitando así, la aparición de los tumores", vaticinó You. Su hallazgo médico aparecerá en la próxima edición de la renovada publicación científica inglesa Nature Cell Biology. |