Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Los músculos de los tibetanos, acostumbrados a la altura, poseen un arma más contra el envejecimiento porque están dotados de una molécula antirradicales libres en cantidades cuatro veces superiores a la encontrada en seres humanos que no viven en sitios de esas características.

La información fue proporcionada en el simposio del Consejo Nacional de Investigaciones, la organización italiana "K2, cincuenta años después" de Paolo Cerretelli, del Instituto de Tecnologías Biomédicas de Milán.

Gracias a esta molécula (la enzima glutation transferasa), los músculos de los tibetanos nativos de zonas elevadas resisten también alturas superiores a los 5 000 metros, perdiendo sólo el 8% de su potencia, explicó el experto, "mientras los nuestros a esas alturas pierden casi el 35, 40% de su potencia".

El músculo a mucha altura "envejece" de modo acelerado. En consecuencia, estudiar el proceso de cambio en esos casos, explicó Cerretelli, significa poder ver concentrado en un tiempo de ocho a 12 semanas lo que le sucede al cuerpo en muchos años.