Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La estructura genética de algunas personas podría protegerlas de la versión humana de la enfermedad de las "vacas locas", señaló un estudio publicado en la revista Science. La investigación realizada por científicos del Colegio Universitario de Londres señaló que cuando una persona resulta infectada, la enfermedad se expresa de diferentes formas que no permiten individualizarla. Esto plantea la peligrosa posibilidad de que la enfermedad continúe circulando o de que haya sido mal diagnosticada, señalaron. Cuando afecta a los animales el padecimiento se conoce como encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y en su expresión humana se le llama mal de Creutzfeldt-Jakob.

La enfermedad que afecta al ganado vacuno apareció en el decenio de 1980 en Gran Bretaña y las autoridades de ese país se vieron obligadas a ordenar el sacrificio de millones de animales. Tras ese proceso, aseguraron que el consumo de su carne era seguro. Sin embargo, después tuvieron que admitir que algunas personas habían resultado contagiadas con la enfermedad que, en última instancia, se cobró más de 140 vidas. Los científicos indicaron que en pruebas realizadas en ratones expuestos al prion proteínico mutante causante de la enfermedad se descubrió que los animales que tenían ciertas versiones de genes humanos desarrollaron la enfermedad de manera distinta. El estudio determinó que los ratones que tenían una versión genética humana identificada como PrP M129 podían resultar infectados, pero sus síntomas eran totalmente diferentes. En tanto, los que llevaban la forma V129 resistían el embate de la enfermedad.

Según expertos médicos, si se pudiera entender cómo opera la forma V129 se podría replicar su proceso para utilizarlo de manera terapéutica. John Collinge, que dirigió al grupo de investigadores, manifestó que las conclusiones del estudio indican que "no podemos suponer que aquellas personas con un solo perfil genético son vulnerables a la infección". Añadió que, además, esas conclusiones sugieren que "debemos utilizar un sistema más avanzado para identificar" la enfermedad, para no "confundir una infección vinculada" a la EEB con la variante humana de la enfermedad.