Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

Beber vino tinto podría proteger contra el cáncer de pulmón, pero el vino blanco puede aumentar el riesgo de padecer este tipo de cáncer, dijeron científicos españoles el jueves.

Los científicos examinaron los efectos de diversos tipos de vinos en el cáncer de pulmón, la forma más común y letal de esta enfermedad. "El consumo de vino tinto (...) se vinculó a una disminución leve, pero significativa desde el punto de vista estadístico del riesgo de desarrollar cáncer pulmonar", expresó el director del equipo de investigación, profesor Juan Barros Dios, en un estudio publicado en la revista científica Thorax. El vino tinto contiene algunas sustancias, taninas y resveratrol que pueden ayudar a explicar sus propiedades anticancerígenas. Las taninas actúan como antioxidantes, que protegen de los radicales libres -moléculas dañinas para las células. Se sabe que el resveratrol sirve para combatir el crecimiento de los tumores malignos. "En términos de copas diarias, el vino blanco parece incrementar el riesgo", dijo Barros Dios en el estudio.

Sin embargo, los científicos recalcaron que el riesgo de beber vino blanco era muy leve y que sólo se habían estudiado a 39 bebedores de este tipo de vino.

El estudio concluyó que el riesgo mayor por beber vino blanco se debe a la cantidad de etanol que éste contiene. Todos los vinos contienen etanol, que causa mutaciones genéticas, pero en el caso del vino tinto los beneficios contra el cáncer pulmonar superan al daño que dicha sustancia causa en los genes, según los investigadores.

Sin embargo, Barros Dios advirtió que no estaba exhortando a las personas a beber mucho para combatir el cáncer de pulmón, que en el 2000 causó la muerte a 1,2 millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. "Sería muy peligroso que las recomendaciones fueran interpretadas como un apoyo al consumo excesivo de vino tinto para prevenir el cáncer pulmonar", señaló. Su colega, Alberto Ruano Ravina, dijo que el objetivo del estudio fue el de investigar los componentes anticancerígenos del vino tinto, no determinar la cantidad que hay que beber para protegerse del cáncer pulmonar.

Los efectos de beber vino se estudiaron en 132 personas con cáncer pulmonar y en 187 pacientes que habían sido sometidos a cirugías menores, no vinculadas al tabaco, en Santiago de Compostela, en el norte de España.