Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que sólo si se realiza una vacunación preventiva universal contra la hepatitis B, en niños y adolescentes, se puede controlar una infección que afecta hoy a millones de personas. Aunque en la actualidad más de 150 países han incluido estas recomendaciones en su calendario vacunal, en algunas naciones como Gran Bretaña se ha revisado la indicación para ofrecer sólo la inmunización a los individuos de mayor riesgo, indicó el organismo sanitario internacional. Sin embargo, la OMS considera que de llevarse a cabo esta última opción, es necesario conocer cuan eficaz es la vacuna en esos individuos, y si las que están disponibles en la actualidad son útiles para ellos.

Niños y adolescentes, parejas sexuales de enfermos de hepatitis B, trabajadores de la salud, pacientes en hemodiálisis, homosexuales, drogadictos, receptores de sangre o derivados de ésta, son los principales grupos de riesgo de contraer la dolencia.

La hepatitis B tiene una distribución mundial y se ha identificado como uno de los problemas más importantes de la salud pública actual. Se estima que en el planeta existen más de 300 millones de personas crónicamente infectadas, las que constituyen el reservorio primario, y un importante número de ellos evolucionará hacia una hepatitis crónica activa, cirrosis hepática o hepatocarcinoma. Otros presentarán manifestaciones de enfermedad extrahepática como glomerulonefritis membranosa, poliarteritis nudosa, un síndrome similar a la enfermedad del suero y acrodermatitis papular infantil.

Se estima que sólo en Estados Unidos hay entre 200 mil a 300 mil nuevos casos cada año, de los cuales alrededor de 250 fallecen por hepatitis fulminante, y entre el seis y el 10% de las infecciones evolucionan hacia a la cronicidad.