Revista de Ciencias Médicas de Cienfuegos

La tasa de infecciones nosocomiales en los hospitales españoles es de un 6,54%, la mejor jamás registrada desde que en 1990 se inició el Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (EPINE).



"Este es un nivel considerado muy aceptable en relación a estudios similares realizados en Europa", explica el Dr. Josep Vaqué, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Barcelona, quien señala que "a partir de 1997 la prevalencia de enfermos con infección nosocomial se halla por debajo del 7%, mientras que a principios de los años noventa considerábamos que lo ideal sería no sobrepasar el 9% de los infectados".



De todas formas, este especialista advierte que "hay áreas asistenciales como la Unidad de Cuidados Asistenciales (UCI) donde el nivel de infección es persistentemente elevado". El Dr. Vaqué cree que "la sociedad no es muy consciente del hecho de que ningún hospital puede ofrecer un riesgo cero o nulo de infección". Advierte que "los beneficiosos efectos sobre la salud de la actividad hospitalaria, ya sea en forma de intervención quirúrgica o tratamiento médico, conllevan un cierto riesgo de infección que es muy difícil de evitar, a pesar de las intensas actividades de minimización de riesgos que se llevan a cabo en los hospitales".



El estudio EPINE se ha llevado a cabo con datos de más de 250 hospitales que han sido analizados por la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH). Según explica el Dr. Vaqué, el estudio muestra una notable disminución de las infecciones nosocomiales que refleja la progresiva mejora de la calidad de la asistencia hospitalaria en España. "Las autoridades sanitarias pueden utilizar lo datos del EPINE para definir estrategias de prevención y control de las infecciones más prevalentes, en las que queda mucho por hacer".



Según desvelan los resultados de este amplio estudio, que ha patrocinado GlaxoSmithKline, en el año 2003 las infecciones nosocomiales más frecuentes han sido las de localización respiratoria, como la neumonía y la bronquitis. Las siguientes en prevalencia, aunque a una distancia considerable, han sido las infecciones urinarias y la quirúrgicas, seguidas por las infecciones bacterianas.



El Dr. Vaqué comenta que "las infecciones con una asociación más estrecha con la gravedad del paciente (las respiratorias y las bacteriemias, que son de abordaje más complejo y menos prevenibles, han aumentado".



El especialista explica que "a pesar de las alarmas sobre Legionella, MARSA, Aspergillus y otros microorganismos patógenos que ocasionalmente aparecen en la prensa, la evolución del sistema sanitario español ha sido hacia una mejor evitación de las infecciones nosocomiales". El entorno higiénico y la prevención de las infecciones que ofrecen los hospitales son cada año de mayor calidad, afirma.



Sin embargo, el Dr. Vaqué advierte de que la prevalencia de enfermos con infección comunitaria (adquirida fuera del hospital) sí ha aumentado, ya que en 2003 ha sido del 16,8% en lugar del 13,4% inicial, cambio que representa un incremento global del 25,4%. El experto achaca este incremento a que en el período 1990-1996 se manifestó la expansión del sida y las infecciones acompañantes.



Uno de los temas que se trata en el EPINE es el de los tratamientos de las infecciones nosocomiales. Según explica el Dr. Vaqué, "algunas de estas infecciones tienen un tratamiento sencillo, como las urinarias, mientras que otras como las bacteriemias y las respiratorias exigen estudios de adecuación antibiótica y un buen tratamiento de la enfermedad de base del enfermo".



Para este especialista, el cambio más significativo en el tratamiento de estas infecciones "ha sido la consolidación de la asociación de amoxicilina013ácido clavulánico como el antimicrobiano más utilizado con una tasa actual de alrededor del 18%".



En su opinión, el uso de carbapenemas, imipenem y meropenem, ha seguido creciendo en los últimos cuatro años y representa ya el 9% de las indicaciones en infecciones nosocomiales. "Esta situación de constante incremento debe ser vigilada con atención, puesto que las carbapenemas son probablemente los antibióticos de mayor espectro de actividad".



El médico advierte que, de la utilización excesiva de estos fármacos "se han derivado situaciones epidémicas de infección por Acinetobacter baumannii resistentes a los mismos". Otros agentes antiinfecciosos de los que se ha aumentado el uso desde que empezó el estudio EPINE son las quinolonas, la vancomicina y la teicoplanina.



Aunque los resultados del estudio ponen de manifiesto una descendencia de las infecciones nosocomiales, el Dr. Vaqué considera que quedan muchas cosas por hacer en este campo: "A pesar de la buena evolución de las infecciones nosocomiales, la cada vez mayor presencia en los hospitales de personas de avanzada edad o con inmunodepresión y la creciente práctica de trasplante, intervenciones quirúrgicas de larga duración y otros procedimientos con un elevado riesgo de infección, exigen la creciente aplicación de recursos en: nuevos quirófanos, nuevos sistemas de climatización y acondicionamiento del aire, cámaras de aislamiento para trasplantados, habitaciones con presión negativa, modernos equipos de esterilización de material sanitario, etc.".